11 dic 2022

La crisis interminable

Perú vive unos días de incertidumbre máxima tras el fallido golpe de Estado de Pedro Castillo que ha precipitado un cambio de gobierno en medio de multitudinarias protestas. La decisión, el pasado 7 de diciembre, del entonces presidente de decretar un Gobierno de excepción y disolver el Congreso fue rechazada por todos los poderes públicos y los militares.

. A las pocas horas, la Fiscalía confirmó su detención por la presunta comisión del delito de rebelión y quebrantar el orden constitucional. Acto seguido, el pleno del Congreso lo destituyó por “incapacidad moral permanente", con 101 votos a favor, del total de 130 congresistas, seis en contra y diez abstenciones. La vicepresidenta, Dina Boluarte, asumió ese mismo día el cargo como nueva presidenta, convirtiéndose así en la primera mujer gobernante de la historia del país andino. A los tres días nombró un nuevo gabinete integrado por ministros de perfil técnico y con amplia presencia de mujeres. La toma de posesión del nuevo equipo de gobierno tuvo lugar en medio de fuertes protestas exigiendo la convocatoria de elecciones generales anticipadas. Ante este escenario, la nueva mandataria se ha visto forzada a declarar el estado de emergencia y a adelantar las elecciones generales a abril de 2024, dos años antes de lo previsto.

De presidente a presidiario

El Congreso de Perú ha aprobado, con 67 votos a favor y 45 en contra, la retirada de la inmunidad al expresidente Castillo, por lo que ahora podría ser procesado por la Fiscalía. Esta decisión se da en medio de una fuerte ola de protestas contra su detención. Por si esto fuera poco, el exjefe de gabinete de Pedro Castillo asegura que este "pudo haber sido inducido" con drogas a disolver el Congreso y que "no recuerda" haber leído el decreto golpista que condujo a su destitución. Sin embargo, Castillo se ha negado a someterse a los exámenes médicos solicitados por la Fiscalía para confirmar estas acusaciones. Estos hechos suman un nuevo episodio a la larga crisis institucional en Perú que lo ha condenado al inmovilismo político y que inevitablemente acabará penalizando la evolución económica.

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