30 ene 2022

Perviven las tensiones

Se cumple más de un año desde que las tensiones en la región de Nagorno-Karabaj dieron lugar al segundo conflicto entre Armenia y Azerbaiyán.

A diferencia del enfrentamiento anterior, en 1994, en esta ocasión Azerbaiyán fue la clara ganadora de esta escalada militar. Tras la negociación de una tregua auspiciada por Rusia, las tensiones a ambos lados de la frontera se han mantenido y, de hecho, al menos unas 220 personas han perdido la vida. Las mayores bajas se contabilizaron el pasado mes de julio, a raíz de un nuevo intercambio de fuego cruzado en la frontera. A finales del año pasado ambas partes acordaron restaurar un canal de comunicaciones directo entre sus ministros de Defensa. Un gesto de conciliación al que siguió poco después, sin embargo, el fracaso definitivo de las negociaciones que Rusia llevaba auspiciando desde hace meses. El pasado mes de diciembre la UE hizo su aparición como nuevo mediador, consiguiendo que los representantes de ambos países restableciesen las conexiones ferroviarias en la zona sur y acordasen el intercambio de los prisioneros que habían sido detenidos en la última escalada de tensión. Pese a que se trata de gestos pequeños, lo cierto es que es un avance importante en una región muy acostumbrada al antagonismo. El acercamiento entre las partes, en cambio, ha propiciado la reciente dimisión del presidente armenio, Armen Sarkissian, al considerar que se le había excluido de las negociaciones, lo que podría desembocar en una nueva crisis política en Yerevan.

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