Situación insostenible de la deuda de los países en desarrollo

En 2022, hubo 81 economías cuyas reservas internacionales se redujeron de manera significativa y muchas de ellas agotaron su asignación de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI. Cerca de 40 economías en desarrollo pagaron más a los acreedores internacionales que el capital que recibieron en concepto de nuevas inversiones. En vista de este panorama, la UNCTAD denuncia el insuficiente apoyo financiero por parte de las economías desarrolladas, a quienes llama a desarrollar un nuevo mecanismo multilateral de resolución de la deuda, pese a que no existen demasiados indicios de que la cooperación internacional vaya en esa dirección. China, que acumula préstamos por un importe superior a los 500.000 mill.$ a los países en desarrollo, es su principal acreedor bilateral, por lo que el resto de países acreedores exigen que forme parte de las negociaciones para diseñar un acuerdo común de reestructuración. En este sentido, destaca la situación del continente africano, cuya deuda externa (pública y privada) se ha multiplicado por cinco en las últimas dos décadas, hasta superar los 700.000 mill.$, de los que un 12% corresponde a China. En las reuniones de primavera del FMI, celebradas recientemente en Washington, se percibía cierto optimismo por parte de las Instituciones Financieras Internacionales acerca de la posibilidad de que Pekín finalmente accediese a participar en un marco común de negociación de la deuda, pero aún no hay declaraciones oficiales al respecto. Si así fuera, podría suponer una oportunidad única para aquellas economías que presentan situaciones de endeudamiento insostenible, o que directamente ya han impagado sus deudas con acreedores externos.