02 nov 2025
Violentas protestas tras las elecciones
La presidenta tanzana Samia Suluhu Hassan ha jurado el cargo tras una arrolladora victoria en las elecciones celebradas el 29 de octubre, mientras las calles arden en protestas por una votación marcada por las irregularidades.
La comisión electoral le asigna un 97,6% de los votos y cifra la participación en un 87%, pese a que los observadores internacionales han señalado una limitada afluencia a los colegios electorales. Suluhu lidera el país desde 2021, tras la inesperada muerte de su predecesor, John Magufuli, de quien era vicepresidenta. El mandato de Magufuli se caracterizó por un grave deterioro de la calidad democrática. La llegada de Suluhu prometió apertura política y la mejora de las relaciones con la oposición, pero, según se han ido acercando las elecciones, se ha producido un marcado retroceso democrático. En los últimos meses se ha apartado a sus principales contrincantes de la carrera electoral: el líder de la oposición, Tundu Lissu, está encarcelado acusado de traición por apoyar una reforma electoral; y uno de los principales críticos gubernamentales, Humphrey Polepole, está desaparecido. No es el único caso: las denuncias de secuestros a críticos y opositores se han multiplicado en el último año, en lo que Amnistía Internacional ha llamado una “ola de terror”. El mismo día de las elecciones muchos tanzanos salieron a las calles a protestar contra el Gobierno y su deriva autoritaria, unas manifestaciones que continúan y a las que se ha respondido con una enorme violencia policial. El principal partido de la oposición cifra las víctimas mortales en más de 700, mientras que las fuentes sanitarias aseguran que superan los 150 fallecidos solo en Dar es Salam. Las autoridades han desestimado estas denuncias y aseguran que las cifras están “enormemente exageradas”.