24 sep 2019

Los secretos para vender una empresa

El interés de los fondos y del capital riesgo por España es indiscutible desde hace años. Así lo indican al menos las cifras que se mueven en las operaciones de compraventa con respecto a las empresas españolas, que el pasado año marcó el récord hasta superar los 6.000 millones. Es obvio que los movimientos más grandes tienen como protagonistas a empresas ya consolidadas. Pero la realidad es que la mayoría de las compras se centran en pequeños o medianos negocios que están en venta y cuyos crecimientos elevan las opciones de que las inversiones realizadas por los fondos sean rentables. Vaya por delante que, al contrario de lo que se puede pensar, que un emprendedor ponga a su negocio el cartel de ?Se Vende? no implica fracaso. Muy al contrario, la mayoría de este tipo de operaciones se suelen hacer para dar entrada a un socio inversor que inyecte el capital que la empresa necesita para afrontar una nueva etapa de crecimiento. Tampoco es negativo que un emprendedor quiera desprenderse de su empresa. De hecho es libre de hacer lo que quiera. Lo realmente importante aquí es encontrar al comprador indicado y saber el valor real de la compañía para poder venderla a su justo precio. Las siguientes líneas se centrarán precisamente en esas claves que son imprescindibles para obtener una venta exitosa.  

Tener en mente desde el inicio la posibilidad de desprenderse del negocio

Es comprensible que cuando un emprendedor se arriesga a iniciar una aventura empresarial no piense en que dentro de unos años podría vender la firma. Pero eso no quiere decir que sea mucho más acertado disponer en la cabeza de la idea de una futura venta desde el comienzo. Tener esa perspectiva en mente sin duda ayudará a que se impulse el crecimiento de la empresa y a mejorar la productividad de la misma, lo que mejorará todos los procesos internos de la compañía. El hecho de plantearse una futura salida del capital también ayudará a llevar las cuentas en orden. Algo que es fundamental para poder concretar una venta, ya que no habrá ningún comprador que en su sano juicio invierta en una firma de la que desconoce su cuenta de pérdidas y ganancias.  

Entrenar a los empleados

Otra de los obligaciones que un empresario debe realizar al principio de iniciar una nueva andadura empresarial, y que no suele hacer, es enseñar a sus empleados a hacer su trabajo por sí mismos. Con ello se logran dos ventajas. La primera es que disponer de trabajadores cualificados aumenta el valor de la empresa, lo que será importante en el caso de plantearse una operación de venta. Y segundo porque tener la capacidad de seguir haciendo su trabajo con otros dueños es positivo para los propios empleados. Lo normal es que un comprador se quede con parte o con el total de una plantilla ya que, en la mayoría de los casos, es plenamente consciente de que esas personas serán las más idóneas para sacar el trabajo adelante al conocer todos los secretos de la empresa. Para conseguirlo la formación es clave y también la capacidad que el empresario/a tenga de saber delegar, ya que solo así el resto del equipo será capaz de llevar a cabo tareas de responsabilidad.  

Descubrir cuándo es el momento perfecto para plantearse una venta

Existen infinitos artículos y un buen número de libros en los que se trata de enseñar cuál es el mejor momento para vender una empresa. Pero la realidad es que basta con que se valoren dos aspectos: una empresa se vende porque va mal y desprenderse de ella es la única opción para que se salve. Ejemplos recientes en este sentido son las cadenas Dia o Supersol. O, se vende porque va bien, y se quiere aprovechar ese momento para hacer caja. Si el objetivo es esto último solo existe una regla: comprobar mes a mes que se presenta un crecimiento sostenido en el tiempo. Si es así se habrá acertado con el momento para plantear la venta. No obstante, el gran secreto para vender una empresa pasa porque su propietario quiera hacerlo. Muchos prefieren hundirse con su proyecto antes de que caiga en manos de otros.  

Aprender a negociar

Vender una empresa negociar La negociación es la madre del cordero de una buena o de una mala venta. Estrategias de negociación hay muchas, pero todo girará en torno a la premisa de que el comprador querrá pagar lo menos posible y el comprador querrá recibir lo máximo posible. Solo sabiendo a la perfección el valor real de la empresa se podrá concluir un proceso de estas características con éxito. Con todo, un precio que multiplique entre cinco y diez veces el Ebitda (beneficios antes de impuestos y amortizaciones) está dentro de lo que se considera como un precio justo.  

Saber irse

Antes se ha comentado que hasta que un emprendedor no quiere no se venderá una compañía. Hay que tener en cuenta que más allá de las frías cifras y los porcentajes existe un componente emocional en toda operación de estas características. De ahí que sea imprescindible el convencimiento total del empresario de dejar que su bebé vuele en solitario. Eso no se enseña, por lo que tendrá que ser cada emprendedor el que decida qué es lo mejor para su futuro personal y para el del equipo con el que ha trabajado en los últimos años.   Si quieres seguir leyendo noticias relacionadas, haz clic aquí.
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