01 nov 2020

David contra Goliat

Tan solo treinta kilómetros separan las fuerzas armadas azeríes del corredor de Lachin, un objetivo militar crítico en el conflicto abierto que mantienen Armenia y Azerbaiyán por el control de Nagorno-Karabaj y los territorios azeríes ocupados por Yerevan.

En 1994, cuando la región en disputa pasó a manos armenias, el gobierno de Yereván decidió ocupar también parte del territorio colindante y crear un corredor para su abastecimiento y evitar así su asedio por Bakú. De esta forma, Azerbaiyán, perdió en aquel conflicto el control de cerca de 7.000 km2 de su territorio. Ahora, desde que estallase la actual escalada de tensión a finales de septiembre, se estima que Bakú ha recuperado ya cerca de 1.500 km2 de ese territorio, ubicado en la zona sur del país, próximo a la frontera con Irán. Lo cierto es que, desde entonces, las fuerzas armadas azeríes han mostrado una notable superioridad. Esto se debe, por un lado, a la mayor inversión en defensa que ha realizado en los últimos años el gobierno de Bakú. Mientras en la última década Armenia apenas ha gastado 4.700 mill.$ en gasto militar, la partida azerí para el mismo período se sitúa por encima de los 24.000 mill.$. Actualmente, Yereván emplea artillería pesada y equipamiento militar que data de la época soviética, mientras Bakú cuenta con material militar de la última generación como, por ejemplo, “drones” turcos. Por otro lado, se cree que las fuerzas armadas azeríes podrían estar recibiendo formación militar de Turquía, como reflejan algunas de las tácticas llevadas a cabo por sus tropas, muy similares a las del ejército turco en Siria. Rusia, principal árbitro de la región, ha negociado hasta en tres ocasiones un alto el fuego entre las partes, sin embargo, los ceses de violencia apenas duran unas horas y no se espera que la situación en el Cáucaso se resuelva próximamente.

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