06 mar 2022

ESPECIAL CRISIS DE UCRANIA 2

SE INTENSIFICA LA OFENSIVA MILITAR SOBRE UCRANIA.

LAS SANCIONES OCCIDENTALES HUNDEN LA ECONOMÍA RUSA.

Evolución del conflicto

Segunda semana de conflicto. El ejército ruso continúa su avance sobre el territorio ucraniano pese a que su progreso es más lento de lo inicialmente previsto. Se observan problemas logísticos relacionados con el abastecimiento de combustible y de comida de las tropas. El frente del sur, procedente de Crimea, parece ser el que más victorias ha obtenido. En el momento de redacción de estas líneas,  las tropas rusas se dirigen hacia el este y oeste con el objetivo de hacerse con el control de los principales puertos del país: Odessa y Mariupol. A 7 de marzo ya se habrían hecho con el control de la ciudad de Jersón, la capital del oblast homónimo; Mariúpol se encuentra sitiada y Járkov, la segunda ciudad más importante, concentra gran parte de los ataques, también contra objetivos civiles. Se mantiene la presión sobre Kiev donde las tropas rusas estarían abriendo nuevos flancos para rodear la ciudad. Hasta un millón de ucranianos  se han visto obligados a abandonar el país, la mayoría con destino a Polonia. Continúan las negociaciones entre Kiev y Moscú. Se acordó la creación de dos corredores humanitarios en Mariúpol y Volnovaja para facilitar la salida de la población civil. Los dos intentos de evacuación han resultado fallidos como consecuencia de las violaciones del alto el fuego por parte de Rusia. La OTAN, por su parte, descartó la creación de una zona de exclusión aérea para evitar que el conflicto escale y provoque un choque militar entre la Alianza y Moscú.

 


Fuente: Financial Times

 

REACCIÓN INTERNACIONAL

La invasión de Rusia a Ucrania ha generado un auténtico terremoto en las relaciones internacionales. 141 países aprobaron la condena de la invasión en la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada el pasado miércoles 2 de febrero que contó también con la abstención de 35 países. Rusia se ha quedado prácticamente sin aliados internacionales pese a que la reacción de las grandes economías asiáticas es más tibia que en el caso del bloque occidental. Es en América Latina donde se encuentran los mayores apoyos del Kremlin.

 

Bloque Occidental. Envío de apoyo militar

Se ha producido un giro radical de la política exterior tanto del conjunto de la Unión Europea como por parte de determinados Estados miembro. Sobresale el caso de Alemania que abandona la neutralidad bélica que caracterizaba su política exterior con el envío de material militar a una región en conflicto y el incremento del presupuesto en defensa hasta el 2% del PIB. Suiza pone fin a su papel de país neutral con la adopción de las sanciones de la UE a Rusia. Dinamarca también ha anunciado un incremento del gasto en defensa y la celebración de un referéndum el próximo 1 de junio para valorar si debería unirse la Política Común de Defensa y Seguridad, de la que no participa. La UE, por su parte, se estrena como actor exterior con la financiación de material militar a Ucrania a través del instrumento “Peace Facility”, dotado con hasta 5.000 mill.€ (a Ucrania se destinarán 500 mill.€). Se ordenó el cierre del espacio aéreo a los aviones procedentes de Rusia y se prohibió la actividad informativa de las cadenas rusas Sputnik y Russia Today, a las que se acusa de acciones de desinformación. Además, se ampliaron las restricciones sobre Bielorrusia dada su clara vinculación con la invasión. Las sanciones se unen a las que ya pesaban sobre el país y afectan a un total de 702 individuos, 53 empresas y los principales sectores de exportación (combustibles, tabaco, potasio, cementos y la industria metalera). Mientras, esa misma semana, Ucrania solicitó formalmente su adhesión al bloque por un procedimiento de urgencia. Pese a que el Parlamento Europeo respaldó de forma unánime la petición, Kiev aún no tiene el estatus de país candidato, un requisito fundamental para abrir las negociaciones para la adhesión. Pocos días después, Moldavia y Georgia siguieron los pasos de Ucrania y también presentaron su solicitud de adhesión. La posibilidad de que su ingreso en el bloque se produzca próximamente es mínima.

 

China. El colchón a las sanciones será solo parcial

Parece difícil que China pueda proveer de un colchón lo suficientemente importante o durante el tiempo necesario como para paliar la amplia batería de sanciones que se ciernen sobre Rusia. El responsable del principal regulador bancario, Guo Shuqing, señaló el pasado 2 de marzo que China no se sumará a las sanciones financieras, sino que "continuará manteniendo intercambios económicos, comerciales y financieros normales con las partes relevantes". Sin embargo, tal declaración no significa que los bancos chinos desafíen las sanciones. Por el contrario, ya se ha comprobado que los grandes bancos chinos de propiedad estatal han comenzado a limitar las transacciones con Rusia. Una de las preguntas clave es si Rusia puede usar de manera efectiva el Sistema de pago interbancario transfronterizo de China (CIPS por sus siglas en ingles) para eludir las sanciones de SWIFT. Si bien el tamaño de los pagos procesados ​​a través de CIPS ha estado creciendo muy rápidamente desde 2020, no tiene liquidez: solo se procesan 13.000 transacciones por día, que es apenas el 5% de los más de 240.000 del sistema de pagos internacional. Además, el número de instituciones financieras extranjeras vinculadas al CIPS sigue siendo muy limitado. La única opción obvia es la línea de swap de 150.000 mill. de RMB entre el Banco Central de China (BCCh) y el Banco Central de Rusia (BCR). Las transacciones entre ambas instituciones no requieren el sistema de mensajería SWIFT ni el BCCh publica el desglose por monedas de sus reservas. El BCR también posee el equivalente a 90.000 mill.$ en reservas en el BCCh en RMB. Sin embargo, el acceso al RMB por sí solo claramente no es suficiente, ya que no es una moneda convertible. El BCCh podría potencialmente establecer una línea de intercambio en dólares estadounidenses para proporcionar liquidez en moneda fuerte a Rusia, pero existe un riesgo crediticio obvio al hacerlo.  En definitiva, es previsible que Rusia use de manera creciente sus depósitos en RMB en el BCCh para financiar sus importaciones, que probablemente procederán cada vez más de China para compensar la caída de las ventas europeas y de EE.UU. El valor total anual del comercio bilateral entre Rusia y China es hoy de algo más 100.000 mill.$, lo que significa que las reservas de Rusia en el BCC durarán cerca de un año, posiblemente menos, lo que puede generar un creciente nerviosismo en el acreedor chino.

 

India. Difícil juego de equilibrio

De entre los países que no han apoyado las sanciones y se han abstenido en la votación de la ONU para condenar la invasión rusa de Ucrania sin duda el más llamativo es el de la India por ser un país democrático, próximo a los países occidentales. En la votación del Consejo de Seguridad de la ONU (CSNU) así como en la Asamblea General extraordinaria Delhi optó por abstenerse en la votación, si bien en su declaración indirectamente le pidió a Moscú que respetara el derecho internacional hablando del respeto a la integridad territorial de los estados. Lo cierto es que la India tiene una relación especial con Moscú desde tiempos de la guerra fría ya que el Kremlin servía de contrapeso a la influencia de Pekín en la región y al apoyo de EE.UU. a Pakistán. En el pasado Moscú ha vetado resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Cachemira para ayudar a India a mantenerlo como un problema bilateral. Además, Rusia es hoy uno de los principales proveedores de armamento para el ejército indio (49% de las compras). Sin embargo, la posición diplomática de la India es, en estos momentos, muy difícil. Está siendo presionada por los países occidentales para adoptar una posición más firme, de lo contrario podría dañar la relación de la alianza militar regional del Quad Group (EE.UU, India, Australia, Japón) revitalizada en los últimos tiempos para hacer frente a China en Asia.

 

América Latina

Rusia cuenta con apoyos en la región latinoamericana. Cuba, El Salvador, Nicaragua y Bolivia se han abstenido en la votación de Naciones Unidas para exigir el fin del uso de la fuerza contra Ucrania. Venezuela no ha podido asistir a la sesión si bien es un firme aliado de Putin y ha condenado abiertamente la actitud de la OTAN. Conviene recordar que Rusia es uno de los principales acreedores del país. Argentina y Brasil, por su parte, han adoptado una actitud de neutralidad, ambos muy criticados por los viajes de sus dirigentes en plena tensión prebélica. Alberto Fernández, entonces, ofreció a Putin ser la puerta de entrada en la región y, por el momento, ha evitado hacer una condena explícita y no impondrá sanciones. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha señalado que es “exagerado calificar de masacre lo que ocurre en Ucrania” y ha optado por ser neutral dada la elevada dependencia del sector agrícola brasileño de Rusia. Colombia y Chile han sido los países de la región que han condenado el ataque con más firmeza. Colombia, el único socio de la OTAN en América Latina, se encuentra en plena campaña electoral y el presidente Iván Duque ha criticado duramente a aquellos candidatos que no han rechazado de forma clara la actuación de Putin. Tanto el presidente chileno Sebastián Piñera como el electo Gabriel Boric han tachado de inaceptable la guerra. El gobierno de México ha pasado de una aparente neutralidad a condenar enérgicamente el ataque si bien no impondrá sanciones a Moscú y no le vetará el acceso al espacio aéreo. En Perú si bien las primeras declaraciones de Castillo fueron tibias, el gobierno ha publicado posteriormente varias declaraciones de condena.

 

CONSECUENCIAS

Rusia. Expulsión de la prensa y recesión de la economía

En Rusia ya se observan las primeras consecuencias del conflicto. El Kremlin ha aprobado una nueva ley que penaliza con hasta 15 años de cárcel a los medios de comunicación que, a su juicio, se dediquen a difundir información falsa sobre la “operación especial en Ucrania”. Muchos de los corresponsales de prensa internacional se han visto forzados a abandonar el país. Al apagón informativo de la escasa prensa libre que quedaba en el país, se le une la prohibición de acceder a las redes sociales Facebook y Twitter. Se estima que unas 4.300 personas fueron detenidas el pasado día 6 de marzo durante las manifestaciones convocadas en más de 58 ciudades rusas por el grupo del opositor político Alexei Navalny. En el plano económico, el rublo continúa su colapso. A cierre de estas líneas, habría perdido un 10% de su valor que se unen al desplome del 30% que sufrió la semana pasada. Las autoridades han impuesto estrictos controles de capitales para tratar de frenar el descalabro de su moneda, como la obligación de cambiar rublos por parte de los exportadores que ingresen en divisas o la prohibición de la venta de valores en rublos por parte de los extranjeros. Además, el pasado sábado 5 de marzo, el Kremlin emitió un decreto por el que se autorizaba, tanto al soberano como a las empresas estatales, al pago de sus obligaciones con inversores extranjeros en rublos, independientemente de la moneda en la que estuviesen denominados los bonos. El decreto establecía que estos inversores han de proceder de países involucrados en actividades “hostiles” hacia Rusia, es decir, todos los que le han impuesto sanciones. El pasado 2 de marzo, Rusia pagó un cupón de un bono de 339.000 millones de rublos pero los inversores extranjeros no recibieron su parte, lo que espoleó el debate acerca de si supone o no un default. El próximo 16 de marzo, vence un nuevo bono de 117 mill.$ que no tiene la opción de conversión a rublos; si Rusia, siguiendo el nuevo decreto, decide pagarlo en rublos, constituirá un claro caso de default. Las agencias de rating ya anticipan esta posibilidad y han continuado degradando su calificación. Moody’s la califica de “extremadamente especulativa”, mientras S&P la sitúa solo tres escalones por encima del “default”. A la situación límite del soberano, se le une el éxodo masivo de las empresas multinacionales presentes en el país: las grandes tecnológicas (Microsoft, Google o Apple), las petroleras (BP o Exxon Mobile), Visa, Mastercard, Inditex o Ikea por mencionar solo algunos ejemplos. Además, se ha expulsado a decenas de empresas rusas de la Bolsa de Londres y Fráncfort, mientras la Bolsa de Moscú continúa cerrada para evitar su hundimiento. En resumen, una serie de acciones coordinadas que, sin duda, provocarán una nueva recesión económica y relegarán al país al aislamiento internacional total.

 

Sector energético

El precio del barril de Brent ha continuado ascendiendo a lo largo de la segunda semana del conflicto. El 7 de marzo la cotización alcanzó los 130 $ el barril ($/b), muy cerca del máximo (145 $/b) registrado en julio de 2008. La tensión en el mercado de los hidrocarburos se ha disparado ante el riesgo de que los socios occidentales impongan sanciones a las importaciones de petróleo ruso, una posibilidad que estaría siendo debatida por Bruselas y Washington, de acuerdo a las declaraciones realizadas recientemente por Antony Blinken, Secretario de Estado de Estados Unidos.  Para mitigar la distorsión en la industria  del crudo, los países miembros de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés),  acordaron liberar a lo largo de las próximas semanas 60 millones de barriles de petróleo (equivalente al 4% del total de las reservas de emergencia almacenadas). Sin embargo, esta medida difícilmente compensaría las consecuencias de un posible veto a la compra de petróleo ruso. Se calcula que Moscú exporta alrededor de 5 millones de barriles al día de crudo,  aproximadamente la mitad al viejo continente. A esto habría que sumar la exportación de 2,7 millones de barriles diarios de productos derivados del petróleo. Por su parte, el cártel de la OPEP+ decidió mantener, en la reunión celebrada el 2 de marzo, su política de aumentar mensualmente la producción en 400.000 b/d, un ritmo de crecimiento que ya antes de la invasión de Ucrania era considerado insuficiente para equilibrar la oferta y la demanda del mercado. La cotización del gas en la última semana ha registrado un comportamiento similar. Los futuros del Dutch TTF Natural gas, el referenciado en Europa, se sitúan, a cierre de estas de estas líneas, por encima de los 190 euros el megavatio-hora, registrando, así, un nuevo máximo histórico. Por ponerlo en perspectiva, la actual cotización equivale a un aumento superior al 1.200% respecto a los valores de hace un año.

 

Sector automoción

La guerra está golpeando con fuerza a la industria de la automoción por varios canales cuando todavía se estaba recuperando de la crisis de componentes generada por la pandemia. En primer lugar, la ya mencionada escalada del precio del gas y del petróleo, que inevitablemente se traslada en cifras récord de la gasolina y el diésel. A ello se suma el impacto de la guerra en el suministro de materias primas básicas para la fabricación de vehículos. Rusia, con una cuota del 38%, es el principal proveedor de paladio en el mundo. Este componente se emplea principalmente para la fabricación de catalizadores y baterías de coches eléctricos e híbridos. También es el segundo mayor productor mundial de aluminio, después de China, y el principal suministrador europeo. El aluminio es, tras el cobre, el segundo material más utilizado en la industria de la automoción, donde cuenta con una amplia gama de usos. Ucrania, por su parte, destaca como fabricante de cableado y mazos de cables con conector. Hasta 22 empresas del sector de la automoción han invertido en Ucrania, abriendo 38 factorías con una inversión que supera los 600 millones de euros con lo que gran parte de la producción de este material está concentrado en este país. De media, un coche moderno necesita hasta 5 kilómetros de cables con lo que varias marcas de coches ya se ha visto forzados a paralizar la producción de algunos modelos en varias de las fabricas situadas en Europa del Este. Por último, muchas empresas del sector entre las que figuran Volvo, General Motors o Volkswagen, están comenzando a anunciar medidas contra Rusia, como dejar de distribuir sus vehículos en el país o replantearse su negocio en él, no solo debido a los problemas de aprovisionamiento de materiales sino también por las dificultades comerciales, por las sanciones y por una cuestión reputacional.

 

Industria alimentaria

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU advirtió la semana pasada del preocupante aumento del precio de los productos agroalimentarios. De acuerdo a la institución, el “índice de precios de los alimentos de la FAO” aumentó en febrero un 3,9% en comparación con el mes anterior. En términos interanuales, la variación supera el 20%. Por su parte, el “índice de precios de los cereales de la FAO” registró un aumento intermensual del 3%, como consecuencia de las perturbaciones en el suministro en Ucrania, uno de los principales exportadores de trigo y maíz. La ONU advirtió que los precios de febrero tan solo recogen una pequeña parte de los efectos del conflicto bélico. La institución advierte que el encarecimiento de los productos alimenticios se acelerará en los próximos meses. De hecho, en los últimos días el trigo ha alcanzado nuevos máximos históricos. En concreto, el trigo comercializado en la bolsa de Chicago superó el 4 de marzo los 13,4$ el bushel, un aumento del 50% respecto a los valores anteriores a la invasión. Por su parte, el trigo comercializado en Europa registró un récord de 400 euros por tonelada. Por si fuera poco, la ONU advierte que la escalada de precios podría agravarse ante el encarecimiento simultáneo de otros componentes fundamentales en el sector agroalimentario, como los fertilizantes, los piensos, y la energía. Se teme, en consecuencia, que estos acontecimientos desencadenen una crisis en los países con menos recursos, algunos de los cuales ya se enfrentaban antes del conflicto a un escenario de inseguridad alimentaria.

 

Sector exterior español

Rusia y Ucrania no son destinos relevantes del sector exportador español. De hecho, en 2021, apenas representaron un 1% del total de las ventas españolas, muy repartidas por sectores de actividad. El año pasado las exportaciones a Rusia ascendieron a los 2.213 mill.€, mientras que en el caso de Ucrania apenas alcanzaron los 682 mill.€. La maquinaria y las prendas de vestir ocupan las primeras partidas en el caso de Moscú. Mientras que, en el caso de Ucrania, los vehículos a motor sobrepasan a la partida de maquinaria y los aparatos mecánicos, que se sitúa en segunda posición. De hecho, algunas empresas multinacionales españolas de fabricación de componentes cuentan con presencia directa en la zona. La industria química también será uno de los sectores que más acusará el conflicto ya que la química básica, los jabones, productos de limpieza y los productos de caucho también constituyen partidas relevantes. Por último, en el caso del turismo, el número de turistas rusos que el año pasado visitaron España apenas representó el 0,4% del total, que realizaron un gasto de 228 mill.€, equivalente al 0,7% del total. Así pues, el cierre del espacio aéreo español a los aviones procedentes de Rusia no tendrá un efecto demasiado significativo en el sector turístico nacional. No obstante, pese a que de forma directa el impacto sobre el sector exterior español no será muy elevado, el contagio vía encarecimiento de los combustibles, materias primas o disrupción de las cadenas de suministro europeas será mayúsculo, poniendo en riesgo la frágil recuperación de la economía.

 

Consulta nuestro número anterior:

ESPECIAL CRISIS DE UCRANIA 1

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