31 ene 2021

Reorganización territorial y de recursos

El alto al fuego firmado el pasado mes de noviembre entre Azerbaiyán y Armenia supuso el cese de los enfrentamientos entre ambos y una nueva reconfiguración territorial en el Cáucaso.

Como se recordará, Azerbaiyán recuperó gran parte del territorio que rodea la región de Nagorno-Karabaj, una zona en manos de Armenia desde 1994 ubicada geográficamente en Azerbaiyán.  Yerevan, además de ceder el control del territorio, también ha perdido el dominio sobre una región rica en oro, cobre y otros metales preciosos que anteriormente empleaba para financiar la región de Nagorno-Karabaj. De hecho, en 2019 los recursos mineros supusieron nada menos que el 13% del PIB de la región, con lo que la pérdida de estos derechos de explotación supondrá un preocupante varapalo para las finanzas públicas armenias. Azerbaiyán, por su parte, se beneficiará de un notable aumento los ingresos extractivos si bien conviene recordar que algunas empresas, como Anglo-Asian Mining, realizaron inversiones garantizadas por el gobierno azerí hace años, aun cuando este no controlaba los recursos. Ahora, es el momento de que Azerbaiyán haga honor a su palabra. 

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