08 dic 2020
Un alumno aventajado
Uruguay ha lidiado con la pandemia y sus consecuencias de manera exitosa en comparación con sus vecinos de la región.
Con una población aproximada de 3,5 millones de habitantes, ha registrado unas cifras excepcionalmente bajas: tan solo 7.806 infecciones y 86 fallecimientos a fecha 9 de diciembre, si bien es cierto que en las últimas semanas se ha registrado un ligero repunte de los casos. Las veloces medidas adoptadas por el gobierno de Luis Lacalle Pou, el elevado nivel de cohesión social y de confianza en el gobierno, el alto porcentaje de camas hospitalarias y la baja densidad de población (no hay grandes centros urbanos fuera la capital, Montevideo) permiten explicar la baja incidencia del virus desde que el pasado 13 de marzo se tuviese constancia del primer caso en territorio uruguayo. Sin embargo, los buenos resultados no se limitan al plano sanitario, sino que el país también sobresale en el aspecto económico. Pese a que según las proyecciones del FMI la economía uruguaya sufrirá una caída del -4,5% en 2020, se trata de una cifra muy inferior a la media regional de -8,1%. Por un lado, las medidas de confinamiento fueron menos estrictas (nunca se llegó a aplicar una cuarentena obligatoria) con lo que la actividad económica sufrió un menor parón que en otros países latinoamericanos. Además, el ejecutivo ha aplicado un impulso fiscal por valor del 1,6% del PIB, enfocado principalmente en la protección de los grupos más vulnerables de la sociedad. También se han relajado las reglas para solicitar el seguro de desempleo y se han pospuesto o reducido el pago de algunos impuestos y el coste de ciertos servicios públicos. En el frente monetario, el banco central ha inyectado abundante liquidez al sistema financiero a través de una reducción en los requisitos de reservas para depósitos bancarios. Otra medida fundamental para evitar el cierre de los negocios ha sido el aumento, hasta los 500 mill.$, del fondo de garantía para préstamos para pymes. Además, se han creado dos nuevas líneas de garantías para préstamos a las grandes empresas y para sectores especialmente afectados por la pandemia como el turismo y la hostelería. Por último, el BC ha permitido que el tipo de cambio se ajustara, con intervenciones ocasionales, para evitar una excesiva volatilidad en el mercado. Por todo ello, se prevé que durante el año 2021 el PIB retomará una senda de crecimiento con una tasa de crecimiento del 2,3% si bien la consolidación de esta recuperación dependerá en gran medida de la evolución de la situación sanitaria.