12 mar 2019

Por qué apostar por planes colectivos de empresa

Cuando se está trabajando, dirigiendo un negocio propio o por cuenta ajena, es común que se vea la jubilación como algo muy lejano de lo que no hay que preocuparse. Sin embargo, es crucial que, tanto si se es un empleado o empresario, se destine tiempo a pensar en la planificación financiera en el largo plazo, habida cuenta de la incertidumbre que depara el futuro. A pesar de que este tema pueda parecer que es sólo una decisión individual de cada persona, para las entidades colaborar con sus empleados en este tema también tiene múltiples ventajas que es necesario subrayar:
  • En muchos países europeos, como Reino Unido, ofrece deducciones fiscales por los salarios de los trabajadores, que suponen un importante ahorro para las compañías.
  • Permite fidelizar al talento ofreciendo planes de carrera para los empleados, construyendo un sistema de mejora de remuneraciones y estímulo al crecimiento profesional.
  • Demuestra el compromiso social de las entidades por garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones, otorgando a las organizaciones flexibilidad para contribuir al ahorro de sus trabajadores.
  • La ley fomenta la colaboración entre las compañías y la industria financiera en este sentido a través de los planes colectivos de empresa.

El caso de España

A pesar de que los jubilados pueden tener distintas opciones para intentar complementar su pensión pública, como las rentas del capital u obteniendo liquidez a través de fórmulas como, por ejemplo, las hipotecas inversas, el producto estrella continúa siendo el plan de pensiones. Un plan de pensiones no es más que un instrumento financiero de ahorro para la jubilación por el que el partícipe realiza aportaciones periódicas, pensando en poder disponer de dicho capital más los intereses en el momento de la jubilación, en caso de incapacidad o de fallecimiento. Según datos de la OCDE, los españoles ahorran hasta 14 veces menos (en términos de PIB) que los daneses en este tipo de productos. Además, en nuestro país, los planes de pensiones conviven con otros dos de semejantes características:
  • El Plan de Previsión Asegurado (PPA), que se diferencia en que se integra en una póliza de seguro mientras los planes de pensiones se instrumentalizan a través de fondos, y que garantiza recuperar al menos el dinero invertido cuando se rescata con independencia de lo que ocurra en los mercados financieros.
  • Las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV), que sólo pueden suscribir los residentes en Euskadi, correspondiendo su supervisión al Gobierno Vasco, siendo parecidos en derechos y contenidos a los planes de pensiones.Planes colectivos de empresa

Argumentos a favor de suscribirlo

En un contexto en el que las dudas sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones públicas es común en la inmensa mayoría de países desarrollados, cabe preguntarse con franqueza por qué es imprescindible abrir un plan de pensiones y cuánto interesa ahorrar cada mes para garantizarse una vida cómoda cuando nos hagamos mayores. Estas son algunas razones:
  • Dudas sobre el futuro de las pensiones. La inversión de las pirámides de población en todo el mundo es un hecho, en especial en los países europeos. Eso quiere decir que el número de cotizantes a la Seguridad Social crece en menor proporción al número de personas que se convierten en jubilados. Este hecho es particularmente grave en países como España, donde la tasa de desempleo suele mantenerse por encima del 15% y en el que la tasa de nacimientos es una de las más bajas del planeta. Por si fuera poco, en muy pocos años los nacidos durante el denominado baby boom (de 1960 a 1964, el periodo con mayor natalidad en la historia del país) dejarán de trabajar, momento en el que muchos expertos auguran una profunda remodelación del sistema de pensiones ante la grave amenaza de quiebra.
Con estas premisas, es muy difícil sostener que las personas que hoy trabajan gocen de la misma cuantía media de pensiones que las existentes hoy en día, y esto implica necesariamente tener que complementar los ingresos por otras vías si no se quiere renunciar a gozar de la misma calidad de vida.
  • Un plan de pensiones permite ahorrarse impuestos. De acuerdo a la legislación española vigente, es posible deducirse hasta 8.000 euros en la base imponible del IRPF en virtud de la cantidad de dinero que se haya aportado a este producto financiero durante un ejercicio. Esta cantidad puede reducirse en el caso de que cobremos menos (el 30% de todos los rendimientos de trabajo) o ampliar a otros 2.500 euros más aportados al cónyuge si éste no gana más de 8.000 euros.
Desde hace unos meses vía Real Decreto, también está permitido rescatar todo o parte del dinero tras diez años, a partir de 2025, tributando como renta del trabajo mientras se incrementa la base imponible del IRPF (hasta 12.450 euros se pagará un 19% de impuestos, siendo la carga fiscal ascendente hasta alcanzar el tramo más alto, que comienza en los 60.001 euros, donde se tributa un 45%).

Una apuesta de largo plazo para las empresas

De acuerdo a un estudio de KPMG, sólo el 22% de las empresas en España ofrece alguna clase de plan de pensiones o aportación empresarial para complementar la prestación de jubilación de sus trabajadores, muy por debajo de la media europea que es del 38%. Según este y otros trabajos, esto es consecuencia tanto de una falta de ahorro tradicional de los españoles para su jubilación (lo que implicaría fomentar una cultura de educación financiera) como por la dependencia hacia el sistema público de pensiones. Sin embargo, en los próximos años está situación seguramente cambiará ya que las entidades utilizarán ésta entre otras herramientas para retener a los mejores profesionales. Con ello lograrían tres importantes beneficios:
  • Mejorar sus ratios de empleo de calidad mejorando los incentivos para los trabajadores.
  • Lograr una importante rebaja fiscal con Hacienda (que pasa por una previsible mejora en las exenciones a las aportaciones a estos planes de empresa a coste de, por ejemplo, rebajas en el Impuesto de Sociedades). Para el trabajador el efecto fiscal es neutro por lo que no tiene un impacto negativo en sus ahorros.
  • Conocer mejor a sus empleados, entender sus necesidades económicas presentes y futuras y ofrecerles la seguridad de una calidad estable en todas las etapas de sus vidas, incluida la jubilación.
  • Incrementar la lealtad y el compromiso del trabajador con la empresa.
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