La mujer del César no solo debía ser honrada sino también parecerlo. Algo similar les ocurre a las ideas de negocio que tienen algunos emprendedores, aunque en este caso lo que deben ser y parecer son viables, sobre todo si hay que pedir financiación externa para ponerlas en marcha. Y es que
todo proyecto empresarial surge de una idea de negocio que representa una oportunidad. Pero una vez definida la idea es esencial comprobar que ésta se podrá convertir en una realidad rentable. ¿Cómo hacerlo? A través del plan de viabilidad.
Eva Fontecha, responsable de Creación de Empresas de la
Cámara Navarra, nos explica cómo elaborarlo y cuáles son los principales requisitos que debe cumplir. Pues bien, entremos en materia. El plan de viabilidad persigue dos objetivos concretos: por un lado permite al emprendedor
analizar su idea de negocio y evaluar su viabilidad técnica y económica. Por otro, sirve para presentar el proyecto ante terceros, ya sea ante organismos públicos para la solicitud de ayudas, o ante entidades financieras, inversores, sociedades de garantía recíproca o de capital riesgo o
business angels para obtener financiación. Además de valorar si el emprendedor cuenta con las capacidades óptimas para liderar el proyecto empresarial, existen ciertos contenidos mínimos que es necesario considerar para analizar la viabilidad del negocio.
El plan debe empezar describiendo el negocio, el producto o servicio que se va a ofrecer, las necesidades que éste satisface y el sector en el que se encuadra. Hará referencia también al
equipo emprendedor, incluyendo tanto los datos personales como la información profesional que pueda ser relevante para el negocio. El
mercado es otro de los puntos a tener en cuenta. Se profundizará en el apartado relativo a la clientela potencial, y se hará también especial hincapié en describir a los
competidores, y sus principales debilidades y fortalezas frente a nuestro negocio. Asimismo, se incluirán aquí los aspectos económicos, socioculturales, legales, políticos o tecnológicos del entorno.
El plan de recursos humanos, la forma jurídica y el régimen fiscal aplicable a la empresa constituirán apartados adicionales del plan. En este sentido, es importante que el emprendedor busque asesoramiento, dado que cada tipo de empresa implicará unas consecuencias y obligaciones futuras distintas. Y será necesario también diseñar un
plan de marketing para determinar la estrategia comercial a seguir en la captación de clientes y su posterior fidelización. Es imprescindible incluir un
estudio económico financiero que recoja las inversiones y necesidades de tesorería inicial previstas, un detalle de los principales gastos que afectarán al negocio y una previsión de los ingresos que se estima obtener en los primeros años. Con esta información se construirán los balances y cuentas de resultados previsionales y se realizará también el
cálculo del punto muerto de nuestro negocio, es decir, el punto en el que los ingresos se igualan a los gastos. Por último, el plan de empresa recogerá unas conclusiones sobre la viabilidad del negocio, resaltando sus fortalezas y oportunidades y definiendo cuáles son las debilidades y amenazas y cómo se pretende mitigarlas