Tal vez nunca se lo hayan planteado, pero ¿sabía que algunas de las grandes multinacionales como CocaCola, LinkedIn o McDonalds
fueron creadas por personas mayores de 50 años? O que la periodista Arianna Huffington tenía 54 años cuando decidió poner en marcha su propio medio online para escribir sin presiones sobre lo que quisiera. Solo un lustro después,
Time Warner compró su Huffington Post por 230 millones de euros. Sus casos tal vez son muy sobresalientes, pero no son tan aislados. Según
un informe de Easy Life Cover, los empresarios norteamericanos entre 55 y 64 años han tenido la mayor tasa de actividad emprendedora de los últimos 10 años, poniendo en marcha una de cada tres nuevas compañías en el país. En España, la situación tiende a no ser muy diferente. Aunque aquí tal vez más que espíritu emprendedor lo que se impone es la necesidad.
Según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), la tasa de paro para los mayores de 55 años en España es del 17,3%. Una cifra que parece que irá en aumento en el futuro dado el incremento progresivo que se está produciendo en
el número de prejubilaciones en las grandes empresas, y que, sólo en 2015, creció un 171% respecto a los datos del ejercicio anterior. Muchas de estas personas que se quedan fuera del circuito laboral por culpa de su edad cuentan, sin embargo, con
muchos elementos positivos que deben ser tenidos en cuenta. Además de su experiencia y los conocimientos adquiridos, poseen una extensa red de contactos cultivada a lo largo de los años, un prestigio reconocido en su sector, y, en algunos casos,
un colchón económico suficientemente holgado como para pensar en su siguiente etapa profesional sin tener sólo en cuenta el criterio dinerario. En el lado contrario, bastantes miembros de este grupo
no cuentan con los años cotizados necesarios para optar a la jubilación, por lo que deben completar un periodo mínimo como trabajadores autónomos hasta alcanzarlos. Sin embargo, para este colectivo (mayores de 45 años) que deciden trabajar por cuenta propia, tanto la Administración Central como muchas Comunidades Autónomas
ofrecen subvenciones a las que pueden acogerse. Sea por los motivos que sea, lo que recoge
los datos del último índice Kauffman sobre actividad emprendedora, es que alrededor del 25% de los nuevos negocios que se pusieron en marcha durante 2015 tuvo como principal protagonista a alguien mayor de 55 años y ¿saben qué? Sus negocios tienen más posibilidades de ser exitosos que los puestos en marcha por jóvenes. Los motivos son variados, pero contundentes.
- Las personas más veteranas gozan habitualmente de una situación familiar más proclive para el desempeño profesional, dado que no suelen tener ya hijos a su cargo, disfrutan de más tiempo libre y se han logrado quitar ya de las presiones económicas que supone el pago de una hipoteca, por ejemplo.
- Este tipo de emprendedores elige trabajar en lo que verdaderamente les gusta y conoce, y no sólo en aquello que más demanda comercial tiene.
- Se apoyan, a su vez, en otros profesionales de su generación en su misma situación, con experiencia y contactos del mismo nivel.
- No tienen tanta prisa por alcanzar el éxito como los más jóvenes, sino que están más preocupados en hacer las cosas bien.
- Sus recursos económicos iniciales normalmente son mayores, lo que les permite invertir más y mejor en sus proyectos de negocio.
- Conocen mejor sus fortalezas y debilidades, siendo conscientes de las tareas que les conviene delegar en otros para ser más eficientes.
- Tienen experiencia en la gestión administrativa y de equipos humanos, otorgándoles un mayor control sobre las actividades que llevan a cabo.
- Transmiten a los clientes más rigor y seriedad que las personas más jóvenes.