22 jul 2014

Guía rápida para entender el balance

El balance de situación de una empresa refleja su situación patrimonial en un momento determinado, además del conjunto de bienes, derechos y obligaciones que posee. Por bienes se entienden cosas, tanto tangibles (inmuebles, terrenos, maquinaria?), como intangibles (una patente, una marca, un derecho de traspaso?). Por derechos, aquello que se puede convertir en dinero como, por ejemplo, una factura pendiente a un cliente. Y, por obligaciones, deudas que haya contraído la empresa  que pueden ser de diferentes tipos: con un proveedor, con un banco, con Hacienda, con la Seguridad Social? Al conjunto de bienes y derechos se le llama ?activo?, y a las obligaciones y deudas, ?pasivo?. Por descontado que el activo tiene que ser igual al pasivo, es decir, las obligaciones y deudas en una empresa deben ser iguales al conjunto de bienes y derechos. Para que un balance dé información sobre la situación patrimonial de la empresa hay que ordenarlo de tal forma que no sea un baile de números confuso y poco operativo. Se trata de que pocos datos aporten mucha información y de un vistazo rápido se pueda detectar algún problema financiero en la empresa como falta de liquidez inmediata, una mala política de financiación de las inversiones, un exceso de deudas, etc.   Las partidas El inmovilizado de una empresa se puede definir como las inversiones realizadas a largo plazo, es decir, tienen que perdurar en la compañía un periodo superior a un año y pueden ser de diversos tipos: inversiones en bienes, o en productos financieros. El inmovilizado total de una empresa está formado por tres partidas que son el inmovilizado material, el inmaterial y el financiero. El material son las inversiones que ha realizado la empresa a largo plazo en bienes que sean tangibles, como por ejemplo, un terreno, maquinaria, equipos para el proceso de información, etc. El inmaterial son también inversiones a largo plazo pero en bienes que sean intangibles, que no pueden tocarse pero que tengan cierto valor que pueda ser canjeable. Ejemplos: la posesión de una marca, una patente, un derecho de traspaso? Por último, el inmovilizado financiero son inversiones a largo plazo en algo que tenga relación última con el dinero, como inversiones en obligaciones del Tesoro o inversiones financieras permanentes; o sin ser inversiones tener una cantidad de dinero inmovilizado como puede ser una fianza dada al propietario de las oficinas que ocupa la compañía. La característica fundamental del inmovilizado es que dichas inversiones no tienen como fin convertirlas en dinero a corto plazo. Muchas veces son necesarias para funcionar pero no tienen por qué estar relacionadas con la actividad principal de la empresa o con la facturación. Un caso distinto es la definición de activo circulante. Es aquello que la empresa tiene que convertir en dinero a corto plazo (si es que no lo es en el momento actual). Por tanto, está relacionado con la actividad de la empresa y muy ligado a la facturación y cobros. Y se divide en tres bloques claramente diferenciados: existencias, realizable y disponible. Existencias está formado por todo aquello relacionado directamente con la venta o facturación, compuesto en el sector comercio principalmente por mercadería, es decir, como lo que la empresa vende, y previamente ésta tiene que comprar: envases, embalajes, y en el sector de fabricación, también tendrá materias primas, productos en curso, etc. Realizable está compuesto en su mayoría por derechos de cobro a clientes por ventas realizadas. Y disponible es lo más líquido que tiene la empresa: caja, bancos. En definitiva, dinero en efectivo y en cuentas corrientes.   El pasivo El pasivo de la empresa está formado por tres grandes partidas: los fondos propios, el exigible a largo plazo, y el exigible a corto plazo. La comprensión de estos conceptos es relativamente sencilla. Los fondos propios en una empresa, o también llamado no exigible, está formado por el capital aportado por los socios más todo lo que haya ido generando la misma con su actividad vía reservas, que son beneficios no distribuidos. El exigible a largo plazo son deudas u obligaciones a largo plazo; debe atenderlas en un plazo superior al año. Normalmente a la suma de los fondos propios y al exigible a largo plazo se les denomina capitales permanentes, recursos permanentes o capitales a largo plazo. Esta partida determina la correcta financiación de las inversiones porque está formada por fondos que no hay que devolver y de obligaciones no inmediatas. Por último, el exigible a corto son obligaciones que se deben satisfacer en un periodo inferior a un año, como son las deudas con los proveedores, Hacienda o la Seguridad Social. Esta partida será fundamental para calificar la situación de liquidez de la empresa a corto plazo o para augurar una posible distancia a la quiebra.
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