Hace unos días hablamos de los
pros y contras de la franquicia. Hoy expondremos los principales pasos que tendrá que dar un emprendedor si decide finalmente optar por esta fórmula e incorporarse al modelo de negocio. En primer lugar, y antes de nada, deberá
informarse con detalle, tanto en organismos oficiales como en las asociaciones correspondientes, y
estudiar muy bien las múltiples ofertas existentes. Por supuesto, si se conoce a otras personas que ya han optado por esta alternativa de negocio, no hay que dudar en hablar con ellos y pedirles que le cuenten su experiencia, tanto en lo bueno como en lo malo. Desde el sector explican que las posibilidades que el emprendedor se encuentra en este tipo de negocio son varias. Por un lado,
franquiciadores establecidos, con un nombre reconocido, que ofrecen la gran ventaja de la seguridad. Por el otro
franquiciadores nuevos que ponen mayor agresividad en la captación de nuevos emprendedores, dado que necesitan una red mínima para compensar los gastos iniciales, pero que
no están tan preparados para dar servicios de asistencia. Si su concepto de negocio es excelente, el franquiciado tiene, en este caso, ventaja para desarrollarse, pero hay que aceptar el riesgo de algunas deficiencias en los primeros tiempos. De cualquier manera, es necesario valorar con detalle todas las opciones que se presentan. Y tener en cuenta que es muy fácil obtener, muy de prisa, una mala franquicia, porque
el buen franquiciador suele dedicar bastante tiempo a la selección de los candidatos. De la misma manera, el franquiciado tiene que seguir un proceso de análisis en el que debe actuar sin prisas, de forma sistemática y muy minuciosa, estudiando globalmente el sistema de franquicias y luego las oportunidades que se adecúen a sus gustos y a su capacidad económica. Otro paso fundamental es la
autoevaluación que el franquiciado debe hacer sobre sus características para obtener una licencia de franquicia. Esto incluye consideraciones sobre aspectos personales, como la salud y el carácter, las posibilidades económicas, la capacidad para tomar decisiones y trabajar en equipo o la influencia que su dedicación al negocio pueda tener sobre la familia. Eso sí, si después de la autoevaluación está completamente convencido de que la franquicia es la mejor opción que le ofrece el mercado, entonces ha llegado el momento de solicitar información al franquiciador, entrevistarse tantas veces como sea necesario, informándose totalmente sobre
los costes de la inversión y los resultados estimados, así como su
situación frente a la competencia,
hablar con franquiciados de la misma marca que estén funcionando y preguntar a amigos y asesores. Fuentes del sector advierten de que antes de firmar el contrato debe tenerlo todo perfectamente claro. Normalmente, el franquiciador no acepta cambios en el contrato y esto, contra lo que pudiera parecer, es bueno porque debe responder al hecho de que el negocio está debidamente contrastado y
solo cuando un concepto no está muy desarrollado el franquiciador admite cambios importantes en este documento fundamental.