Dicen que las Bolsas siempre van por delante de la economía. Si nos apuntamos a esta teoría, convendría no dejar de prestar atención a un grupo de países por los que los inversores más avezados del planeta llevan meses apostando:
los mercados frontera. Desde que el año pasado China, Brasil y el resto de sus vecinos del grupo de los BRICS, (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) reportaron los primeros síntomas de desaceleración económica, problemas con la inflación y riesgos de burbujas de todo tipo, los grandes capitales comenzaron a rastrear otros destinos en los que maximizar los beneficios de sus inversiones. A la cabeza de ese cambio de estrategias estaba Mark Mobius, director ejecutivo de Franklin Templeton Investments, gurú bursátil, y uno de los inversores que ha apoyado con más fuerza la inversión en países emergentes. "Si él cambia, algo está pasando" debieron pensar los demás. Y fue entonces cuando empezaron a fluir capitales hasta lugares tan dispares como Nigeria, Sri Lanka, Vietnam o los Emiratos Árabes Unidos. ¿Su atractivo común? Según Mobius es que este tipo de países tiene una
deuda pública en relación al PIB muy inferior a la de los países emergentes al tiempo que presentan un
desarrollo demográfico que favorece el consumo y el crecimiento en el futuro. Mientras que los organismos económicos internacionales no paran de lanzar advertencias a los BRIC, para el conjunto de los ahora denominados Mercados Frontera (
Argentina, Bulgaria, Croacia, Estonia, Lituania, Kazajistán, Rumania, Serbia, Eslovenia, Ucrania, Kenia, Mauritania, Nigeria, Túnez, Bahréin, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Qatar, Emiratos Árabes, Bangladesh, Pakistán, Sri Lanka y Vietnam) el
Fondo Monetario Internacional estima crecimientos superiores al 5%. Por su parte, el Banco Mundial ha constatado que, en 2009, el promedio de las rentas por la explotación de recursos naturales supuso el 9,5% del PIB en los mercados frontera, frente al 6,8% en el caso de los BRICS o el 1,2% de los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La redirección de los capitales no se ha quedado sólo en el marco de las bolsas y los inversores más especulativos, sino que también está teniendo su reflejo en las empresas exportadoras más avezadas. ¿A quién no le hubiera gustado estar en Brasil desde el inicio del boom de crecimiento? Ahora hay algunos que no están dispuestos a dejar pasar una oportunidad similar. En España, Tomás Guerrero, profesor del ESADE y experto del sector, destaca en un informe dedicado en exclusiva a los Mercados Frontera que esos países
han pasado de aportar apenas un 6% al comercio internacional, a proporcionar el 15% de los flujos actuales. Por supuesto, tanto inversores como organismos internacionales también son conscientes de los
riesgos que entraña la inversión en estos países como la
inestabilidad política, o la excesiva
dependencia de las materias primas. Todo es cuestión de hacer cuentas y ver cuál de las dos variables gana la batalla. Eso sí antes de dar el primer paso, siempre hay que hacerse con la mayor cantidad de información posible, lo cual no siempre es fácil ya que como recuerda el profesor Guerrero en su informe los sustos no son descartables. Y es que la falta de garantías jurídicas puede dar lugar a incidentes como el sucedido en Argentina con la expropiación de YPF. "Además, hay que tener cuidado con los informes realizados por las entidades financieras ya que el acceso a los datos macroeconómicos y financieros no siempre es fiable", advierte. En cualquier caso no está de más recordar la definición que Rami Sidani, jefe de inversiones del área de Oriente Medio de Schroders ha hecho de los mercados frontera.
?Son los mercados emergentes del mañana?.