28 jun 2012
Técnicas para vender una empresa con éxito
"Voy a vender mi negocio". Una vez que un empresario toma esa decisión, la actitud más nociva que puede adoptar es la de colgar el cartel de "Se Vende" y sentarse a esperar al mejor postor. Entre otras cosas, porque la mejor oferta puede no ser nada satisfactoria para el propietario de la empresa. Para evitar que eso ocurra hay que pensar como los vendedores de viviendas.
¿Cuál es el primer paso antes de poner en venta una casa? Ponerla lo más atractiva posible para que los posibles compradores se enamoren de ella. Algunos hacen reformas, otros simplemente pintan y adecentan un poco la apariencia. Al final ese esfuerzo se ve recompensado con un precio de venta más alto. Con las empresas puede ocurrir lo mismo siempre que se cumplan unos pasos básicos.
1. Diseño de la estrategia de venta
Elaborar una cuenta de resultados lo más atractiva posible. Es decir, no dejar las cosas como están en el momento de tomar la decisión. Hay que hacer un esfuerzo final por cobrar los pagos morosos, no frenar las negociaciones con el banco para posibles créditos o líneas de financiación, etc. Si todo eso está en marcha será mucho más fácil que los posibles compradores encuentren incentivos para finalizar el trato.
2. Opinión externa
Seamos realistas, a la hora de visitar un piso en venta todos hemos pensado: " a ver este dónde me la quiere colar". Lo mismo le va a ocurrir a quienes se interesan por un negocio. Por eso, además del plan de viabilidad interno es recomendable adjuntar una auditoría externa. Esto servirá también para ayudar a destacar en el documento de presentación los puntos más positivos del negocio, frente a los negativos que llevaron a tomar la decisión de venta.
3. Fijar un precio justo
Destacar los puntos positivos no significa ni engañar, ni sobrevalorar la empresa. Fijar un precio excesivamente alto puede alargar el proceso de venta de forma innecesaria, pero tampoco se trata de vender excesivamente barato. Para dar con la cantidad exacta no hay más que acudir al mercado, y hacer un estudio de los precios que se están fijando en transacciones similares.
4. Delegar la venta, si es necesario
En la mayoría de los casos, el propietario no suele ser la persona ideal para liderar el proceso de venta. A veces porque los sentimientos negativos se apoderan de él y, aunque no quiera, los transmite a los posibles compradores. Otras, porque simplemente las ventas no son su fuerte. En esos casos, conviene dejar la relación directa con los clientes en manos de un especialista, eso puede suponer un incremento del precio de venta de hasta un 20%, según los expertos. Eso sí, delegar esta tarea no significa desentenderse del proceso.
5. En este caso, el cliente no siempre tiene la razón
Hay que tener mucho cuidado con la información que demandan los posibles interesados en la compra del negocio, ya que podrían ser infiltrados de la competencia ávidos de enterarse de sus secretos.
6. Ofrecer opciones de pago
Finalmente, ser flexible en la metodología de pago es una de las mejores maneras de llegar a un acuerdo satisfactorio, sobre todo teniendo en cuenta el difícil acceso a la financiación en estos días. Diferir el pago en varios años, no sólo es una buen incentivo, también permite diferir los impuestos de la transacción, aunque demore mucho más el fin de la operación.
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