12 ene 2025
El gas vuelve a subir
Tal y como se esperaba, el 1 de enero de 2025 el gas ruso dejó de fluir por el gasoducto Ukraine Gas Transit que atravesaba la exrepública soviética.
Esta vía era una de las rutas por las que todavía fluía el gas ruso hacia Europa tras el estallido de la guerra de Ucrania en 2022. Para la UE supone la pérdida de alrededor del 5% del suministro energético y afecta, fundamentalmente, a Eslovaquia. Pese a que el corte de suministro había sido previamente anunciado, a diferencia de lo que ocurrió con el gasoducto de Yamal o el Nord Stream, la reducción de los flujos energéticos ocurre en un momento complejo para el bloque europeo: al inicio de la temporada de invierno y con un porcentaje de almacenamiento por debajo de los últimos dos años, en el 70%. Los volúmenes de gas en las instalaciones de almacenamiento de la UE han caído un 19% desde finales de septiembre, mientras que en los dos años anteriores el ritmo de consumo fue mucho menor. Algo que se explica por la llegada más temprana del frío en Centroeuropa, así como una menor aportación de la energía eólica y solar a la matriz energética europea durante el otoño. En vista de que el contexto energético se vuelve a nublar para la UE, los países del bloque se han lanzado a comprar GNL procedente de Rusia. De hecho, a mediados de diciembre, las importaciones de gas natural licuado ruso ascendían a 16.500 mill. de toneladas, una cifra récord (hasta ahora la cifra más alta se había registrado en 2022 con 15.210 mill. de toneladas), alrededor del 20% de este combustible. Si a ello se le suma el hecho de que el gas para el próximo verano se cotiza a precios más altos que para el invierno, todo apunta a que los países miembros enfrentarán mayores costes para rellenar sus depósitos de gas. Algo que, de acuerdo con la normativa de la Comisión Europea, han de cumplir antes de noviembre de 2025.