07 ene 2024

Elecciones bajo lupa con Pekín al acecho

El próximo 13 de enero, los votantes taiwaneses acudirán a las urnas para elegir presidente y el nuevo Legislativo.

Dado que la actual Presidenta, Tsai Ing-wen, no puede presentarse debido a la limitación legal al número de mandatos, está garantizado que Taiwán tendrá un nuevo presidente. La gran pregunta es quién será: William Lai, vicepresidente de Tsai y candidato del Partido Democrático Progresista (PDP); Hou Yu-ih, del Kuomintang (KMT), o Ko Wen-je, fundador del Partido Popular de Taiwán (TPP). Por el momento, Lai es el favorito, no porque sea especialmente popular, dado el fuerte desgaste que acarrea el Ejecutivo, sino porque el voto de la oposición se divide entre Hou y Ko. Las encuestas sitúan a Lai en primer lugar, con un escaso 34% de apoyo, seguido de cerca por Hou, con un 30%, y Ko, con un 21%. Las relaciones entre ambos lados del estrecho están siendo una pieza clave en la campaña, con el KMT pro chino presentando las elecciones como una elección entre "guerra" y "paz" y el PDP, más pro independencia, acusando al KMT de estar dispuesto a vender Taiwán a China. Pekín no ha sido sutil sobre sus preferencias, y los portavoces de la Oficina de Asuntos de Taiwán se han hecho eco del slogan "guerra frente a paz" con cierto tono intimidatorio. Si las encuestas aciertan y Lai resulta elegido, la gran pregunta es cómo responderá Pekín. A pesar de sus anteriores declaraciones independentistas, Lai ha prometido continuar la política de Tsai de mantener el statu quo. Dado que, aunque gane, no obtendrá ni de lejos un mandato popular contundente, podemos confiar en que no alterará radicalmente las relaciones entre ambos lados del estrecho de Formosa. Pero China sí podría hacerlo, si la victoria de Lai -a pesar de la impopularidad general del PDP en estos momentos- se interpreta desde Pekín como la señal definitiva de que el partido pro chino podría no volver nunca al poder, lo que cerraría de forma definitiva las puertas a una anexión pacífica. Si bien parece improbable que China intente en estos momentos una invasión por sorpresa de la isla, es probable que la tensión en el estrecho vuelva a máximos y asistamos a nuevos ejercicios de demostración de fuerza militar china en el espacio aéreo taiwanés. Es previsible, incluso, que veamos llamamientos a un bloqueo marítimo desde las corrientes más nacionalistas en el interior de China.

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