01 dic 2014
Cómo enfrentarse a la Navidad
Si hay una fecha en la que la palabra consumo se escribe con mayúsculas esa no es otra que la Navidad. Por eso, el empresario tiene que tener muy claro que, en estos días, debe obtener más ingresos que en otras épocas del año. De ahí que tener las ideas claras acerca de lo que va a hacer es el punto de partida para, al final de la temporada, poder decir satisfecho: Lo conseguí. La elección Cada empresario tiene su propia cartera de clientes y, por tanto, debe saber en qué baremo está cada uno de ellos. Atendiendo a su propia economía, y a las expectativas de ventas, debe calcular cuál es el presupuesto adecuado. Es fundamental que el empresario se acuerde y tenga una atención con sus clientes. Son unas fechas tan marcadas que si no se tiene un detalle se nota demasiado. Importante: la elección de un regalo debe pensarse con la suficiente antelación para no pillarse las manos y no quedarse sin él por falta de stock. Por muy insignificante que sea, tampoco se debe eludir poner en marcha una campaña de promoción. Entonces surge la pregunta: ¿Qué campaña se debe realizar? Televisión, radio, prensa nacional, regional o local, redes sociales? Si no se tienen las ideas claras, acudir a expertos de marketing puede ser una buena solución. Qué regalar Es la pregunta del millón. Una de las dudas más habituales del empresario es qué regalar a clientes y empleados. ¿Debe ser lo mismo? La experiencia apunta a que se opte por las cestas o cajas de Navidad para los empleados. Todas iguales para todos. Pero para los clientes las cosas cambian: puede ser un regalo, o una simple felicitación. Mucho, o poco (ahí entra el juego el presupuesto) con todos hay que tener un detalle. Lo recomendable es que el departamento de compras haga una relación atendiendo a la facturación: los mejores clientes, que con toda probabilidad serán los menos, recibirán el mejor regalo. ¿Cuál? Si se tienen las ideas claras desde el principio, se evitarán gastos innecesarios y pérdidas de tiempo. Eso sí, tampoco hay que tirar la casa por la ventana. Si no se puede realizar, la felicitación no es nada baladí. Si lo que tenemos es un establecimiento de cara al público, el imán que atraerá a posibles clientes es el escaparate. Las luces de colores, la nieve artificial, los Reyes Magos, Papa Noel, la estrella de Oriente todo sirve para llamar la atención. Ahí la imaginación tiene todo un campo abierto. ¿Y qué decir de la oficina? Decorarla puede ser un acicate más para realizar con la mejor de las sonrisas el trabajo diario.
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