08 mar 2018

Cómo evitar los cuellos de botellas en los nuevos negocios

Imprescindible localizar cuellos de botellas

En cualquier negocio, independientemente de su tamaño, es imprescindible identificar dónde se encuentran. Es decir, aquellas partes del proceso de producción o distribución que impiden ofrecer una adecuada respuesta a la demanda. Generalmente estos problemas suelen partir de ineficiencias, fallos en la planificación, o escasa flexibilización. Pero será imposible encontrar una solución a cuellos de botellas que afecten a los niveles de producción si antes no se ha detectado el origen del mal.

Debido a ello, es imprescindible que los emprendedores monitoricen todos los procesos prestando especial atención a las partes de la cadena que, por norma general, se han mostrado más problemáticas en el pasado. Para lograrlo, se debe llevar a cabo un seguimiento pormenorizado que permita detectar el atasco que genera los retrasos e incluso la detención de la cadena de producción. Estos puntos, que a continuación reflejamos, son en los que habrá que extremar la vigilancia en los nuevos negocios para ser más competitivos.

Flexibilidad

Es fundamental trabajar en aquellas áreas del sistema que presentan mayores dificultades para adaptarse a repentinos cambios del volumen de pedidos. Por tanto, los procesos menos ágiles por sus propias características intrínsecas (una máquina capaz de servir un determinado volumen como máximo, por ejemplo) deben ser los primeros en ser cuestionados.

La cadena de suministro

Ya lo hemos comentado antes, pero los componentes que, en el pasado, ya han demostrado que pueden ser fuente de inconvenientes obligan a prestarles una especial atención. En este ámbito, las partes complejas del sistema donde suelen cohabitar procesos manuales y automáticos son más susceptibles de fallar.

Los componentes manuales

Sin ningún género de dudas, las partes de la cadena que son exclusivamente manuales suelen presentar problemas por los lógicos errores humanos que todos cometemos.

A pesar del análisis realizado, es importante que se tenga en cuenta que no hay ningún cuello de botella que sea idéntico a otro. Las consecuencias de cada uno de ellos difieren, así como también son diferentes las soluciones que los negocios de éxito deben tomar para mantener su situación de privilegio. Con esta idea, es conveniente destacar que, como mínimo, se conocen dos tipos de problemas en este sentido.

Cuellos tangibles

Son aquellos que impiden un rendimiento mayor de los procesos por sus propias limitaciones físicas. Éstas pueden ser generadas por los propios operarios, que no son capaces de sacar mayor partido a la maquinaría. Pero también entran en este apartado los cuellos de botella que se generan porque la maquinaria ha llegado al límite.

Es obvio que, en el caso de los trabajadores, una mejor formación puede ayudar. Aunque tampoco se debe destacar un cambio de empleados en aras de introducción de mayores dosis de talento en la compañía. Mientras que en el caso de las máquinas, no quedará más remedio que afrontar cuantiosas inversiones en nuevos equipos que sean capaces de acompasar el nuevo plan de negocio de la empresa.

Cuellos intangibles

En este apartado se incluyen todas aquellas limitaciones que se generan por el sistema. Es decir, fallos de diseño, lentitud, excesiva burocracia en la toma de decisiones, etc. Todo ello puede generar inconvenientes que solo pueden ser solucionados mediante una detección precoz del problema.

De hecho, dicha detección precoz es la clave que permitirá solucionar cualquier inconveniente. Pero conseguirla no es fácil. Es más, un emprendedor solo será capaz de solucionar un inconveniente que aún no ha ocurrido siempre y cuando sea capaz de tener una visión global de todo el sistema de manera que nada quede fuera del necesario control que se debe ejercer de todo el proceso de producción.

La monitorización evita cuellos de botella

Además de esa visión de 360 grados, es imprescindible que la monitorización realizada sea de calidad para que los datos obtenidos permitan identificar las obstrucciones.

El control sistemático, por tanto, es la fórmula mágica para encontrar soluciones. Además de mejorar la capacidad de detectar cuellos de botellas contribuye a mejorar el entendimiento de los procesos, lo que permitirá a la empresa estar mejor preparada para evitar problemas de similares características a los aquí tratados en el futuro.

Para lograr este objetivo, el empresario cuenta en la actualidad con un inestimable aliado, la tecnología. Gracias a los avances informáticos se puede obtener información en tiempo real de todos los procesos que componen la cadena de producción, lo que incrementa en gran medida las posibilidades de identificar con tiempo suficiente una posible obstrucción que impida satisfacer a la creciente demanda en tiempo y forma.

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