¿Qué tienen en común Bodega de Pinoso (que produce vino ecológico), Avanzare (que fabrica nanomateriales) y Calzados Ria (dedicada a la producción de abarcas? A simple vista, nada. Pero las tres son pymes, y exportan gracias al PIPE (Plan de Iniciación a la Promoción Exterior). ¿Y qué es? Se trata de un programa de ayuda a las pymes (
www.portalpipe.com) cuyo objetivo es ayudarlas a dar el salto al exterior. ¿Sus impulsores? El Instituto Español de Comercio Exterior (Icex) y el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, con la colaboración de las Comunidades Autónomas y las Cámaras de Comercio. Todas estas instituciones, junto con la Unión Europea, a través de los fondos Feder, aportan recursos económicos y humanos para facilitar el inicio en la promoción y comercialización exterior de las pyme. Más de 5.500 empresas han utilizado dicho servicio desde que arrancó allá por 1997.
Requisitos No haber exportado nunca, dudas sobre si se tiene o no el equipo humano adecuado, o pánico al papeleo son algunos de los miedos que en muchas ocasiones frenan el salto al exterior. Para acelerar en el proceso, y o dar marcha atrás, está el PIPE. Y para poder acceder al mismo, la empresa tiene que ser una pyme, poseer un producto o servicio propio, contar con voluntad de internacionalización y querer conocer cuáles serían sus posibilidades en otros mercados. ¿Cuáles son las ventajas? Dos básicamente: asesoramiento individual y especializado, y apoyo económico. En el primer caso, se trata de consultores externos, seleccionados y formados específicamente, que ayudan a la empresa en el diseño de su Plan de Internacionalización y en el desarrollo de todos aquellos trabajos necesarios para el proceso de apertura hacia el exterior (también hay colaboradores con formación en comercio exterior). En el segundo caso, conviene subrayar que el programa tiene una duración de dos años, dividido en tres fases. Un periodo en el que las empresas cuentan con un apoyo del 70% del gasto realizado.
Ventajas En la primera fase, que dura de tres a cuatro semanas, se le ofrece a la empresa un análisis de su estado actual y de su posición competitiva. Durante la segunda fase, que abarca un periodo de entre tres y cuatro meses, se llevan a cabo las acciones necesarias para el diseño del Plan de Internacionalización. Una vez que dicho diseño ha sido definido, se ponen en marcha las medidas necesarias para empezar a exportar. Es entonces cuando arranca el soporte económico, y suele durar entre 20 y 21 meses. Un inciso: todas las empresas participantes en el programa entran a formar parte del Club PIPE desde el inicio de la segunda fase y beneficiarse de una serie de servicios. Entre ellos, la consultoría personalizada de las oficinas económicas y comerciales de España en el exterior, actividades de promoción como visitas guiadas a ferias o viajes de prospección, o servicios financieros y líneas de financiación como la Póliza 100 de CESCE.