La actividad exportadora sigue siendo un balón de oxígeno para la empresa española y, en muchos casos, fuente de crecimiento. Buena prueba de ello es que una cuarta parte de las compañías que operan más allá de nuestras fronteras han aumentado su cartera de pedidos en el tercer trimestre del año y casi el 50% la ha mantenido estable. Así se desprende de la Encuesta de Coyuntura de la Exportación elaborada por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio (). Con estos datos, la percepción de la actividad exportadora se mantiene en niveles positivos por décimo trimestre consecutivo. Aunque el Indicador Sintético de Actividad Exportadora (ISAE) se ha situado en 2,1 puntos, valor inferior en 9,2 puntos al del segundo trimestre de 2011, en la mayoría de los sectores se sitúa en valores positivos. Entre todos ellos, destacan los productos químicos (6,3 puntos), las manufacturas de consumo (5,5 puntos) y los alimentos (5,2 puntos). Una percepción que también es más positiva entre aquellas firmas con gran volumen exportador. Mientras que el ISAE se ha situado en 3,4 puntos para quienes exportan por un valor superior a los 15 millones de euros anuales, dicha cantidad se coloca en 2,2 puntos en aquellas empresas con exportaciones entre 3 y 15 millones de euros.
Mejoran las expectativas Como decíamos, la mitad de las empresas que exportan, en concreto un 48%, mantuvo estable su cartera de pedidos de exportación en el tercer trimestre de 2011. Y las expectativas sobre la evolución de dicha cartera a tres meses indican un aumento de 3,4 puntos en el porcentaje de empresas que esperan incrementar sus exportaciones, hasta el 31,8%. En cuanto a las empresas que esperan una evolución a la baja, dicho porcentaje desciende en 3,1 puntos (hasta el 21,4%). Mientras que el porcentaje de empresas que esperan estabilidad en su cartera de pedidos para los próximos tres meses, éste se mantiene en el 46,2%. Entre los factores que afectan de manera a la actividad exportadora, y que han sido más destacados por las empresas, destacan la evolución de la demanda externa, seguido por la competencia en calidad y el tipo de cambio. En el polo opuesto de la balanza, el precio de las materias primas, el precio del petróleo y la competencia internacional en precios.