02 abr 2018
Nuevas oportunidades para pymes en el sector del transporte
El transporte y la logística
Para muchos, el comercio es el principal motor de creación de riqueza y conocimiento que ha tenido desde siempre la humanidad, siendo, según el Banco Mundial, el sector que más oportunidades de negocio genera actualmente para las pymes, principalmente en temas de innovación y en soluciones de movilidad urbana. En España, el transporte y la logística suponen un 7,8% del PIB y dan trabajo, directa o indirectamente, a alrededor de 800.000 personas.
El transporte y la tecnología
La tecnología está jugando un papel fundamental en su evolución gracias a distintos factores, que van desde la irrupción del Internet de las cosas (IoT) en, por ejemplo, los vehículos particulares; los efectos de la economía colaborativa y la llegada de nuevas formas de transporte en ciudades y en desplazamientos por carretera; o la importancia creciente de la geolocalización, que permite, entre otros hitos, aumentar la productividad, la información en tiempo real de los procesos de envío o el abaratamiento de costes y tiempos de entrega.
Sin embargo, junto a las enormes potencialidades del sector para los próximos años, numerosos informes alertan de los riesgos que se presentan en campos como la vulnerabilidad cibernética, la necesidad de plantear soluciones personalizadas en medio de estrategias globales o la incertidumbre acerca de los posibles cambios normativos y regulatorios que están por venir.
El potencial de la tecnología
En el otro extremo, un sinfín de análisis destacan el gran potencial de la tecnología en la generación de oportunidades en dos áreas principales: la transformación de los procesos empresariales y el desarrollo de nuevos modelos de negocio, como los vehículos autónomos, el smart movility o el uso del Blockchain para la trazabilidad de los envíos. En el campo de la logística, por ejemplo, esta revolución se manifiesta ya en ámbitos en los que cada vez un mayor número de pymes ofrecen sus desarrollos e innovaciones, como:
- Impresión 3D: De forma progresiva, se están acortando los tiempos de producción de objetos por medio de esta tecnología, abriendo la posibilidad a que, en unos años, sea posible descargarse planos de viajes sin necesidad de llevarlos consigo.
- Vehículos eléctricos: A pesar de que cada día es más común el uso de este tipo de automóviles, principalmente en grandes ciudades, todavía queda mucho camino por recorrer en segmentos como la reducción del coste por kilómetro o el uso de baterías con autonomía suficiente para cubrir trayectos largos.
- Transporte autónomo: Se están probando en la actualidad los primeros modelos de coches autónomos, si bien falta todavía para lograr la plena autonomía en el transporte de mercancías a larga distancia. El ahorro de costes y la reducción de la siniestralidad son dos de sus retos más importantes de cara al futuro.
- Gestión de datos masivos: Extraer predicciones de tendencias de consumo, obtener previsiones de ventas o conseguir el seguimiento en tiempo real de cualquier producto abaratando costes y reduciendo los trámites de gestión de contratos supondrán una gran ventaja competitiva en los próximos años.
- Inteligencia Artificial: La capacidad de aprendizaje de los ordenadores será crítica para prever situaciones y anticipar nuevas estrategias, como la congestión de las vías de transporte o la resolución de potenciales conflictos, mejorando la labor de los analistas.
Las cuatro principales áreas de transformación
La consultora Frost&Sullivan analizó recientemente el futuro de la logística poniendo el foco de atención en el impacto que tendrá la tecnología, llegando a la conclusión de que las principales innovaciones vendrán desde campos tan diversos como el uso de nuevos materiales, los combustibles más eficientes o la gestión más rápida y eficiente de grandes volúmenes de datos.
Un panorama lleno de oportunidades de negocio para los próximos años y que, tal y como se apunta en este artículo de Supply Chain Digital, moldearán el futuro de la logística hacia criterios cada vez más centrados en la flexibilidad, continuidad, sostenibilidad y la transparencia. Dentro de este nuevo paradigma, los cuatro grandes ejes de transformación serán:
Tecnologías móviles
Contribuirán a descongestionar en tiempo real los atascos, aportando información en vivo y apoyándose continuamente en la geolocalización. Su impacto más inmediato será en la cadena de distribución, agilizando procesos y evitando controversias y disputas. El papel de las cadenas de bloques puede ser clave.
Cloud computing
Permitirá la personalización total de los servicios para los usuarios, adaptados plenamente a sus necesidades y más baratos en términos de costes. La irrupción del big data posibilitará un mejor conocimiento de los clientes.
El Internet de las Cosas
Contribuirá a mejorar la experiencia de los usuarios por medio de la interactividad con el entorno, a través de, por ejemplo, las tecnologías V2V o V2I, que permitirán la comunicación directa entre los vehículos con los semáforos, las señales o los dispositivos móviles de los peatones.
La economía colaborativa
Generará cada vez un mayor número de nuevos modelos de negocio y de compartición de bienes y servicios, que entrarán continuamente en colisión con las regulaciones vigentes. La confianza y la valoración de los clientes se hacen indispensables en términos de reputación para poder operar en este nuevo mercado.
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