La marca es un elemento clave en la internacionalización de una empresa, al que no siempre se le saca el máximo rendimiento. Utilizarla bien y promocionarla de manera adecuada puede ayudar notablemente a la compañía en su proceso de implantación en otro territorio, en su conocimiento por parte de nuevos y potenciales consumidores y clientes, y en su objetivo de diferenciarse de los demás competidores y ganar rápidamente cuota de mercado. Veamos las cuestiones principales que habrá que tener en cuenta.
Adaptarla si es necesario. En muchos países el color verde suele relacionarse directamente con productos ecológicos, pero en otros puede tener un significado completamente diferente. Es un ejemplo de que no siempre una misma marca y un mismo logo representan lo mismo en dos países distintos, por lo que antes de trasladarlos fuera de España, habrá que estudiar los nuevos significados a los que podría asociarse allí el nombre, color, dibujo, forma, etc.; y si es necesario, realizar las suficientes modificaciones.
Moverse continuamente. El primer ejercicio que debe realizar una marca para ser conocida en otro país es ?moverse? mucho y continuamente por el nuevo territorio. Es fundamental realizar una intensa actividad comercial, publicitar el nombre de la compañía y de los productos por todos los medios posibles. Si existe suficiente presupuesto, también a través de la publicidad y los medios de comunicación.
Enseñar el producto. En muchas ocasiones los clientes asocian la marca de la empresa a sus principales productos, por lo que es necesario enseñar y mostrar continuamente esos productos. Para ello, nada mejor que acudir a las ferias nacionales y locales que se celebren en las principales ciudades del nuevo país. Allí el público podrá familiarizarse con ?la nueva marca que acaba de llegar a la ciudad?.
Participar en foros profesionales. Otra herramienta interesante y eficaz que permite a una marca ser conocida es frecuentar los foros profesionales y reuniones de debate sobre el sector en el que opere. Además, allí encontrará posibles socios de negocio y tendrá la oportunidad de conocer de forma directa a sus principales competidores y enterarse de su capacidad de actuación y de las estrategias que utilizan.
El presidente, el primer embajador. El primer embajador de la marca de una empresa es su presidente o su máximo ejecutivo. Éste debe ser consciente de ello en cada viaje que realice, encuentro que mantenga y foro en el que participe. En todas sus actividades debe mencionar continuamente la marca de la compañía, promocionar los productos y explicar sus ventajas. Cada vez que lo haga conseguirá una gran repercusión y, si es un buen comunicador y está dotado para las relaciones públicas, esa repercusión y conocimiento de la marca se multiplicarán. Por su parte, los demás directivos y empleados de la compañía deben hacer lo propio, promocionando la marca en sus respectivos encuentros y ámbitos de actuación.