24 nov 2024
Elecciones: retorno de la izquierda
Yamandú Orsi, candidato del Frente Amplio (FA), ha ganado las elecciones presidenciales en la segunda vuelta celebrada el 24 de noviembre con un 52,3% de los votos, frente al 47,7% de Álvaro Delgado, del Partido Nacional.
Su victoria, que marca el regreso de la izquierda al poder después de cinco años, obedece a varios factores. Entre ellos destaca el descontento con el gobierno saliente, debido a una percepción de falta de avances en problemas estructurales como la desigualdad, la inseguridad y el narcotráfico. El FA ha sabido capitalizar el desgaste de la coalición multicolor, movilizando no solo a su base electoral, sino también a muchos votantes indecisos. Orsi, de perfil moderado y respaldado por el expresidente José Mujica, ha combinado propuestas progresistas con una narrativa de unidad y diálogo. Su discurso sobre reforzar el rol del Estado en áreas como educación, salud y seguridad social ha calado en un electorado que percibe que el modelo actual no ha dado respuestas suficientes a sus preocupaciones. Aunque el FA obtuvo mayoría en el Senado, no cuenta con mayoría en la Cámara de Representantes, lo que obligará a buscar consensos con otros partidos para impulsar sus reformas.
El 1° de marzo de 2025, Orsi asumirá la presidencia. Se espera que su gobierno siga una línea económica ortodoxa, similar a los anteriores mandatos del Frente Amplio. En el ámbito económico, hereda una situación de estabilidad macroeconómica, pero con bajo crecimiento y una estructura tributaria cuestionada por su falta de progresividad. En seguridad, uno de los temas más sensibles para los uruguayos, su propuesta combina el fortalecimiento de las fuerzas policiales con programas de prevención social y oportunidades educativas en comunidades vulnerables. También busca intensificar el control del narcotráfico mediante operativos específicos y cooperación internacional, además de mejorar la coordinación entre la policía y la fiscalía para aumentar la eficacia en investigaciones y condenas. En cuanto a políticas sociales, se anticipa un énfasis en la educación y en ajustes en la seguridad social, como un posible aumento de las aportaciones de los empleadores. Además, se espera que el gobierno se enfoque en evitar una caída del salario real y en reducir la desigualdad, con un fuerte énfasis en la redistribución de la riqueza.