12 ene 2025
Las relaciones con los países africanos, una pesadilla sin fin para París
El desmoronamiento de la Françafrique continúa sin descanso y constituye uno de los principales quebraderos de cabeza para el Elíseo.
El 2024 terminó con el líder de la junta militar que gobierna Níger, el general golpista Tiani, acusando a Francia de apoyar el terrorismo yihadista y de confabularse con Nigeria para desestabilizar su país, una denuncia sin pruebas y que tanto París como Abuya, escandalizadas, han rechazado por completo. Y el 2025 comenzó con un anuncio sorpresa: Costa de Marfil, uno de los principales aliados de la exmetrópoli en la región, anunciaba el fin de la cooperación militar con los galos, sumándose a Senegal, Chad y un largo etcétera de países africanos que han decidido romper con París en el ámbito de seguridad. Aunque en el caso marfileño el proceso es de mutuo acuerdo y el tratamiento de la cuestión por Abiyán no ha sido beligerante (al contrario que en la mayoría de los otros casos), sí supone un duro golpe para la política exterior francesa. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, no se ha quedado callado y en un discurso ante embajadores franceses, se quejó de la “ingratitud” de los líderes africanos por los esfuerzos antiterroristas de las tropas galas: “se han olvidado de darnos las gracias; no pasa nada, ya llegarán con el tiempo”. Estos comentarios han sentado muy mal en las capitales africanas, que los consideran extremadamente condescendientes. Sin duda, la percepción de Francia en gran parte de África está muy dañada y París se enfrenta a dificultades para contrarrestar esta tendencia.