29 ago 2022

La arquitectura de las criptomonedas se tambalea

El bitcoin, la criptodivisa por excelencia, se desplomó en junio más de un 60% y el mercado colgó a los cripto-activos el cartel de altísimo riesgo.

La búsqueda de valores refugio que eludan las tensiones inflacionistas globales ha alcanzado de lleno a las criptomonedas, a las que los inversores están pasando factura por su condición, cada vez más instaurada, de activos de alto riesgo, azuzada además por las academias que captaban a clientes sin los estándares de pedagogía esenciales para explicar y analizar unos activos de alta sofisticación y que han resultado especialmente atractivos para generaciones jóvenes.

El mercado de cripto-activos protagonizó en junio un momento de ventas masivas, con el bitcoin certificando una caída dramática. La huida de los capitales por las presiones inflacionistas hacia valores refugio y el avance de las discusiones sobre una regulación adecuada de las criptomonedas empujaron a este token a su nivel más bajo en 18 meses, cuando su cotización se sumergió hasta los 18.000€, un 69% por debajo de los 58.000€ que alcanzó el pasado noviembre. Y no ha remontado mucho desde entonces, porque su cotización a 29 de agosto es de 19.900€.

Otras criptomonedas también colapsaron. Ether, la segunda más grande, cayó en junio hasta incluso perder los 1.000€, mientras cardano, solana y la moneda meme dogecoin se dejaban alrededor de un 15% en esos días. Pero el retroceso de ether es más significativo, porque acababa de anunciar la actualización de su recién integrada red PoW o Proof of Work -contra ataques indeseados- y el sistema Proof of Stake, que certifica las posesiones individuales de criptomonedas. “Quizá la masacre devaluatoria sobre el espacio cripto se deba a que la espiral inflacionista que se expande por todo mercado del planeta haya traspasado el abismo y los inversores estén realmente a la búsqueda imperiosa de rentabilidades, aunque ese objetivo sea casi una misión imposible”, explicó Jeffrey Halley, un analista de OANDA para Asia-Pacífico en su blog personal.

La subida del IPC estadounidense al 8,6% en mayo, la mayor tasa desde diciembre de 1981, y las perspectivas poco nítidas del momento en el que podría tocar techo, que algunos economistas, aún lejos del consenso, estiman en octubre, cuando quedaría en el 8%, ocho décimas por debajo de las previsiones para agosto y septiembre, actuó de combustible a la fuga. Tampoco la drástica subida de tipos, de tres cuartos de punto, de la Reserva Federal, que situó el precio del dinero en una horquilla entre el 1,5% y el 1,75% ayudó a clarificar el sendero futuro. Sobre todo, porque ningún analista dudaba de que la batalla de la Fed contra el IPC protagonizaría sus ataques cruciales con algún que otro incremento de similar calibre a lo largo del ejercicio.

De igual manera que la reacción prevista en otros bancos centrales, desde el BCE, que movió sus tipos en julio por primera vez de un decenio, sacándolos del territorio negativo al que los precipitó para hacer frente a la Gran Pandemia, no invitaba al optimismo inversor en estos criptoactivos. Con el Banco de Inglaterra (BoE), el primero de entre los grandes industrializados, también dando otro toque mínimo, de un cuarto de punto, situando los tipos en suelo británico en el 1,25% y la autoridad emisora suiza aprobando un alza de medio punto que dejaba el precio del dinero al -0,25%, en la plataforma de lanzamiento para superar la política próxima a cero en la economía que atesora el franco suizo, la divisa refugio por excelencia, a la que los inversores acuden históricamente en épocas de extrema volatilidad y rápidos descensos de rentabilidades como la actual.

La tensión llegó a tal punto en junio que Celsius, plataforma prestamista de criptodivisas, anunció retiradas pausadas de sus swaps y sus productos de transferencia entre cuentas “debido a las extremas condiciones del mercado”, decisión que hizo aumentar la desconfianza entre la gran mayoría de activos digitales y que se produjo casi sin razón de continuidad con la debacle de UST y Luna, la stablecoin y el token nativo de la blockchain de Terra, respectivamente. El token CEL de Celsius también perdió entonces más de la mitad de su valor.

Esa semana negra en el planeta cripto propició la intervención de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, la última autoridad, en este caso económica, aunque con pasado como presidenta de la Reserva Federal, en reclamar una regulación específica y restrictiva sobre este sector financiero que escapa al control de los bancos centrales. E incidió en el mensaje habitual -“las inversiones en criptomonedas son especialmente arriesgadas”- antes de avanzar que el Congreso empezaría su tramitación: “no estoy diciendo que lo recomiende, pero mi pensamiento me dice que es la solución más razonable”, dijo en alusión al inminente diseño de reglas de juego para los cripto-activos.

La apuesta por bitcoin se ha convertido en práctica habitual de compañías como Tesla, Block o MicroStrategy. Todas ellas mantienen en sus balances inversiones denominadas en la mayor de las criptodivisas y, de forma combinada, perdieron aquellos días negros más de 1.000 millones de dólares por su alta exposición a estos activos volátiles en sus cuentas de resultados que, generalmente, están reservadas a valores más estables, como el dólar u otras divisas de uso corriente, inventarios o propiedades mobiliarias o inmobiliarias. Según estimaciones de Business Insider, Jack Dorsey, fundador de Twitter y cofundador de Square, ahora rebautizada como Block, firma de servicios financieros y pagos digitales, perdió más de 40 millones de dólares esos días. Elon Musk, el empresario más rico del planeta, elevó su factura cripto hasta los 400 millones por sus 42.000 bitcoins propios. Mientras que Michael Saylor, consejero delegado de MicroStrategy, se calcula que perdió más de 1.100 millones por sus 130.000 bitcoins.

Lionel Laurent, columnista de Opinión en Bloomberg sobre divisas digitales, aprovechó su tribuna para dejar un aviso a navegantes; a modo de cura de humildad. “Una mayoría de estos inversores inteligentes parecen haber olvidado que los precios, en ocasiones, se hunden y que pueden mantenerse en cotizaciones ínfimas durante bastante tiempo”. A su juicio, el desplome de aquellos días refrenda la idea de que las inversiones cripto, en no pocas ocasiones, son también un hedge fund.

Compártelo:

Publicidad

Twitter

cesce_es

Contenido más visitado

Más populares

15 consejos y ejemplos para vender tu nuevo producto o servicio

63556 Accesos

Los seis elementos clave para elaborar un buen presupuesto

55385 Accesos

Conoce los países más endeudados del mundo

47858 Accesos

Breve historia de la inteligencia artificial: el camino hacia la empresa

41716 Accesos

Qué es y para qué sirve el modelo Canvas

16734 Accesos

Te podría interesar

Formulario Asesores de Pymes

Contacta con nosotros

Envíanos tus datos mediante este formulario y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible.
Estaremos encantados de ayudarte.

Llámanos 900 115 000 Horario de Atención al Cliente de 8:30 a 19:00 de lunes a jueves y de 8:30 a 16:00 los viernes
Escríbenos en X @cesce_es
Servicio de consulta en X

Solicita información

Déjanos tus datos y nos pondremos en contacto contigo
Cesce tratará tus datos con la finalidad de remitirte información comercial, por cualquier medio, incluido el electrónico. Puedes ejercer tus derechos en materia de protección de datos (acceso, rectificación o supresión, entre otros) tal y como se indica en la Política de Privacidad de Cesce, la cual puedes consultar para obtener información adicional sobre el tratamiento de tus datos.