¿Qué tendencias van a llegar al ‘e-commerce’ en los próximos años?

Desde hace ya algún tiempo, tanto los consumidores como los vendedores tenemos bastante claro el engranaje esencial de un marketplace: un propietario del site, que recibe el nombre de intermediario, construye un espacio digital en el que invita a vendedores y compradores a interactuar libremente, cobrando a cada uno de ellos una comisión. Sin embargo, las tendencias de compra y los gustos de los consumidores están en permanente evolución, y, cada vez, de un modo más veloz, lo que llena de incertidumbre a todas las tiendas online, que deben moverse a una velocidad lo más similar posible para no quedarse rezagadas. Por ello, es clave que puedan ser capaces de identificar tendencias de lo que va a venir en los próximos años, de manera que puedan en la medida de lo posible anticiparse, conocer mejor a su portfolio de clientes y ganar cuota de mercado.

Por qué seguirán en auge los ‘e-commerce’

Los e-commerce continuarán creciendo en el futuro principalmente porque ofrecen importantes ventajas tanto a los vendedores como a los consumidores. A estos últimos, por ejemplo, les permite acceder a una amplia variedad de productos a través de una única plataforma, mejorando de modo notable su experiencia de compra. Además, pueden activar filtros cada vez más específicos para identificar lo que realmente buscan, a la vez que pueden abonar sus compras con seguridad, consiguiendo una entrega rápida y garantizada, y pudiendo, también, devolver cualquier producto si así lo desean.

Por parte de los vendedores, la presencia de participar en un marketplace les aporta un importante abanico de ventajas, como conseguir un soporte técnico para sus estrategias comerciales digitales, mejorar en poco tiempo la atención al cliente, incrementar sus bases de datos, lograr un notable ahorro en sus infraestructuras mientras crece la eficiencia de la cadena logística, o potenciar su posicionamiento SEO.

Lo que está por venir

Entre las tendencias que diversos informes auguran que tendrán un impacto mayor en los e-commerce de cara a los próximos años, cabe destacar:

• Desarrollo de nuevos canales de comercialización. El marketing digital está introduciendo cada vez innovaciones más interesantes, con una tendencia clara hacia la búsqueda de la omnicanalidad. La utilización de redes sociales como Instagram o Twitter se está combinando cada vez más con anuncios en todo tipo de plataformas digitales. En paralelo, está aumentando con rapidez la publicidad televisiva conectada, es decir, la comunicación comercial en sites como YouTube o Roku a través de programas en vivo e interactivos.
• Camino a la inversa, de tienda online a física. Al contrario de lo que ocurría hasta hace muy pocos años, ahora cada vez más tiendas digitales deciden abrir espacios físicos en los que interactuar personalmente con sus clientes y ofrecerles experiencias de compra individualizadas. De este modo, crece la fidelización y el compromiso del consumidor hacia determinadas marcas, además de poder crear eventos en vivo o traer a estrellas del deporte o de la cultura que hablen con los consumidores de manera directa.
• Auge de la búsqueda por voz. La mejora en la tecnología de los dispositivos conectados, como tablets o smartphones, combinado con las novedosas técnicas de inteligencia artificial, permite a los usuarios hablar directamente y personalizar todavía más sus búsquedas. El ratio de éxito de las transacciones por voz es sensiblemente más alto gracias a que el consumidor se siente más identificado con la compra.
• La automatización, la nueva reina. La automatización se está convirtiendo en el elemento clave del comercio electrónico, con casi dos de cada tres empresas que participan en e-commerce que, a día de hoy, aplican alguna tecnología relacionada con ella. Para las empresas de comercio electrónico, la automatización se extiende desde la automatización del marketing hasta el almacenamiento y más allá. Es una excelente opción porque libera el tiempo y los recursos de los empleados para otras actividades que generen un mayor valor añadido real. Por ejemplo, la gestión de la cadena de suministro puede beneficiarse del uso de un software de automatización que sea capaz de programar alertas de inventario para volver a realizar pedidos cuando el stock sea bajo.