31 mar 2022
Los ‘Smart Contracts’, una poderosa herramienta de negocio para la eficiencia de las pymes
Digitalizar las actividades ahorra tiempo, minimiza los errores y permite a los emprendedores destinar recursos a otras tareas. Los Smart Contracts garantizan, además, que se cumplen los hitos que vinculan a las dos partes implicadas.
Entre las revoluciones que está trayendo consigo la digitalización de actividades para el mundo empresarial hay una que está teniendo un gran impacto en el ámbito legal y jurídico. Se trata de los Smart Contracts, una poderosa herramienta que bebe en gran medida de los beneficios del blockchain, pero que ofrece un sinfín de beneficios potenciales a las pymes que apuesten por ellos.
En qué consisten
En realidad, un Smart Contract no es más que una aplicación informática que ejecuta de manera automática los acuerdos que se establecen entre dos o más partes en virtud de la consecución de determinados hitos que se fijan de antemano. Es decir, que es en relación al cumplimiento de diferentes condiciones específicas por lo que el programa detecta que puede implementar una determinada cláusula que permite avanzar al siguiente elemento del contrato.
Los Smart Contracts se basan en las capacidades del blockchain, una tecnología fundamentada en las cadenas de bloques que permite registrar y rastrear todos los archivos que se intercambian entre distintas partes, posibilitando que, por ejemplo, se pueda proceder a la verificación de cada apartado de un contrato. De este modo, con carácter automático, se puede ejecutar cualquier acuerdo sin que se requiera a una tercera parte que dé su autorización. Esto significa agilidad, ahorro de costes y, sobre todo, mantener plena seguridad sobre las garantías legales y jurídicas.
Desde una óptica más formal, lo que permite el blockchain es la creación de un registro público de transacciones que no requiere verificación de una autoridad central, ya que cuenta con una red de intermediarios distribuida y libre que se mantiene gracias a la utilización de algoritmos criptográficos. Dicho de otro modo, el blockchain se compone de tres elementos clave: las transacciones que se producen, los registros verificables y el sistema que garantiza la fiabilidad de las transacciones y almacena la información en sus bloques correspondientes. Cualquier dato que se graba en un bloque no se puede editar retroactivamente, lo que significa que nadie puede influir ni modificar el historial, ya que la cadena se ha consolidado.
Ventajas de la utilización de los ‘Smart Contracts’
Los Smart Contracts ofrecen un amplio abanico de beneficios a las pymes como, por ejemplo:
- Autonomía y agilidad, ya que no requiere un intermediario sino que la relación es directa entre las partes, como puede ser entre una empresa con un proveedor. De este modo, el ahorro de tiempo es considerable y se evita cualquier discusión jurídica: a medida que se vayan cumpliendo los hitos pactados previamente entre ambos, el contrato se ejecutará de manera automática.
- Menores costes económicos, derivados de que es preciso una menor intervención humana, con todo lo que ello implica.
- Seguridad y confianza, dado que cualquier movimiento se queda registrado y grabado. Si es necesario, más adelante puede utilizarse como prueba judicial, pero lo que aporta desde el comienzo para cualquier pyme es la garantía de que no se va a producir una estafa.
- Incremento de la velocidad de los procesos de negocio, puesto que una parte relevante de las tareas se puede automatizar, evitando cualquier intervención manual. En paralelo, también se reducen de manera significativa los errores propios de cualquier manipulación humana.
Perspectivas de crecimiento
El auge de nuevos sistemas de pago como las criptomonedas está propiciando un gran crecimiento de los Smart Contracts en los últimos meses, lo que sirve para pronosticar un importante desarrollo para los próximos años. De hecho, se estima que el mercado global de contratos inteligentes supere los 265 millones de euros a finales de 2023 con un 32% de CAGR (tasa de crecimiento anual compuesto) durante el período previsto de 2017 a 2023, de acuerdo con Data Library Reserch.
Este tipo de contrato se ejecuta en una plataforma descentralizada como puede ser Ethereum que, en los últimos 12 meses, alcanzó una cifra superior a 10 millones de contratos inteligentes implementados. Las cifras son muy altas pese a que este valor no refleja el número real de Smart Contracts que han sido aplicados en ese periodo, puesto que existen numerosas blockchains, algunas incluso operando en régimen privado.
Aunque su crecimiento es más que evidente y ofrece grandes soluciones por su adaptabilidad y flexibilidad, el mundo de los Smart Contracts supone nuevos retos, sobre todo, en el terreno legal. Uno de los principales problemas es que en la sociedad conviven diferentes realidades jurídicas que dependen de cada país, por lo que habría que tener en cuenta tanto la legislación internacional como la sectorial. A esto hay que añadir la falta de un mediador entre las partes, la adaptación del lenguaje legal al lenguaje informático y los avances pendientes para que exista una validez jurídica.
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